Se acaba el sexenio y AMLO entra en pánico; La censura como recurso.
Miscelánea política del 22 de enero de 2024
Transcurren los días, las semanas, las mieles y los privilegios de ser presidente de la República se acaban para Andrés Manuel López Obrador que observa impotente como ninguno de sus caprichos, aquellos que han requerido miles de millones que bien pudieron haber sido utilizados para beneficio de los mexicanos, nada más no funcionan. La refinería de Dos Bocas no ha producido ni una lata de gasolina y sólo sirvió para enriquecer a Rocío Nahle y sus compadres con jugosísimos contratos y como trampolín político para quien hoy pretende ser candidata de Morena al gobierno de Veracruz, aunque nació en Zacatecas. El ecocida Tren Maya ha devorado tres veces su presupuesto y no se ve para cuándo termine, ha servido para que Gonzalo “Bobby” López Beltrán, otro de los hijos del presidente, se siga enriqueciendo junto con sus amigos como proveedores de balastro a sobreprecio, y con sus fallas y suspensiones cotidianas no termina de ofrecer el servicio que el turismo en la región esperaba.
El AIFA es un elefante blanco que nació muerto, con su inauguración pueblerina con todo y venta de tlayudas, su “duty free” del bienestar con anafres de garnachas y aguas frescas, aislado en medio de la nada y sin el prometido tren que NUNCA será terminado porque los vecinos se oponen a ser expropiados, es objeto de burlas por su inactividad que incluso, obligó a Aeroméxico a suspender su única ruta hacia Aguascalientes por incosteable. Sin entrar en detalles de otros estrepitosos fracasos de risa loca como la megafarmacia del bienestar o el ferrocarril interoceánico, habrá que ver cómo termina el sexenio en materia de endeudamiento. No podía ser de otra manera. Los mexicanos eligieron en 2018 a un activista, un permanente crítico del sistema que jamás en su vida ha trabajado, que no conoce lo que es generar un peso, crear un sólo empleo, pagar impuestos (¿alguien ha visto alguna declaración fiscal de AMLO?), lidiar con dificultades burocráticas y administrativas como cualquier ciudadano responsable.
Los mexicanos eligieron con el estómago cansados de las trapacerías y la corrupción del priísmo de Peña Nieto, Luis Videgaray y una interminable lista de impresentables, pero no repararon en quien estaban eligiendo. Hay que decirlo claro, el presidente López Obrador fue la esperanza de desempleados, desposeídos, resentidos sociales y desilusionados pero no es un estadista, carece de visión para planear y ejecutar políticas públicas que desconoce y los resultados están a la vista. Actúa con base en puntadas y ocurrencias que impone entre sus incondicionales quienes aprovechan para enriquecerse y disfrutar de lo que nunca tuvieron: poder, dinero, mucho dinero en efectivo y en contratos, lujos, casas, se transportan en caravanas de vehículos machuchones blindados como magnates, viendo hacia abajo y desde lejos al pueblo bueno miserable y pobretón que les dio su voto. Amurallado en Palacio Nacional que expropió para su beneficio con el pretexto de que Los Pinos es una residencia para conservadores, cada mañana llora y se lamenta que los medios lo atacan y no le reconocen sus logros. Cuando es cuestionado y exhibido, recurre a atacar al medio en lugar de responder por sus pifias y sus fracasos.
Le es más fácil atacar al pobre reportero y acusarlo con sus jefes, amenazando a las empresas de medios, a las que cerró la llave de la publicidad oficial, a menos que le sean afines. Hoy, desesperado porque lo ahoga el mar de sangre en que tiene al país con su postura demagógica de “abrazos, no balazos” para el crimen organizado que tiene en un puño al país, y el fracaso de sus caprichos en los que ha dilapidado los presupuestos año tras año, López Obrador enfurece y recurre a la censura a través de su oficina de comunicación social como no no había ocurrido hace varios sexenios. Ciro Gómez Leyva es víctima de un atentado armado y a más de un año de lo ocurrido las investigaciones no avanzan para saber quién lo quiere muerto. Juan Villoro, Carlos Loret, Denisse Dresser, Ricardo Alemán, Jesús Martín Mendoza, Ruben Aguirre y el que esto escribe, entre otros, son obligados a salir de los medios donde escribían o conducían noticiarios y sus lugares son ocupados por jilgueros pagados, afines a la 4t. La desesperación está haciendo presa del presidente y su equipo, quienes enfrentan el síndrome del último año de gobierno. El poder desgasta, sus errores los alcanzan, la corrupción de su familia es inocultable, la decepción entre los ciudadanos cunde y el tiempo se les acaba.
Señor presidente, ¿Qué sigue contra los periodistas y los medios?
Excelente!
Muchas felicidades y gracias por lo escrito !!!
Cómo siempre Enrique, muy ciertos y atinados tus comentarios, saludos!!!
Siempre ameno, y con opiniones claras y valientes Muchas gracias
Saludos y gracias
Excelente columna don Enrique. Descubre la verdad de este miserable desgobierno.
Como siempre impecable y veraz, mi estimado Enrique es un orgullo seguirte. Gracias por tu valor y profesionalismo.
Muchas gracias, saludos.
Excelente columna, exhibiendo con claridad el daño económico enorme que está provocando el gobierno y el peligro de perder nuestra a democracia
Te mando un saludo y muchas gracias
Excelente columna, con todo lo que es realidad y tristemente nos pasó a los Mexicanos y que el sr López, cree que ha hecho un bien cuando el solo creo su país perfecto solo para el, pero hizo que todo lo logrado antes con mucho esfuerzo( salud, instituciones etc ) LO A DESTRUIDO.
Saludos estimado muchas gracias
100% la pura realidad, ni para donde se hagan.