El periodista analiza los retos de la mandataria y la influencia de García Harfuch en su lucha contra el crimen organizado, destacando la necesidad de alinear el discurso con las acciones para obtener resultados.
Claudia Sheinbaum enfrenta un reto monumental en su estrategia de seguridad, según la más reciente columna del periodista Raymundo Riva Palacio. La estrategia, diseñada por el recién nombrado secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, busca enfrentar los desafíos que, según el análisis, rebasaron al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y se apoya en un enfoque innovador que involucra un nuevo andamiaje institucional.
Riva Palacio apunta que la estructura del gabinete de seguridad aún está en proceso de consolidación, y que no ha sido una tarea sencilla, dado que la Secretaría de Seguridad Pública se ha quedado sin fuerzas policiales tras la integración de la Guardia Nacional al Ejército. No obstante, las negociaciones llevadas a cabo han abierto la posibilidad de que García Harfuch cuente con entre 15,000 y 20,000 guardias provenientes de la antigua Policía Federal de Caminos, quienes estarían bajo su mando directo.
Uno de los pilares fundamentales de la nueva estrategia de seguridad es el fortalecimiento de la inteligencia, con especial énfasis en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Según el columnista, García Harfuch ha priorizado la mejora de las capacidades de inteligencia desde el primer día en su cargo. Este esfuerzo ha sido acompañado por Francisco Almazán Barocio, quien dirige tanto el CNI como el Centro Nacional de Fusión de Inteligencia, una entidad clave en el procesamiento de información de inteligencia federal, creada durante el mandato de Felipe Calderón.
Sin embargo, no todo ha resultado como García Harfuch deseaba. A pesar de su interés por controlar la Agencia de Investigación Criminal (AIC), la permanencia de Francisco de Jesús Gallo en ese puesto representa un obstáculo para sus planes. No obstante, el periodista subraya que la posibilidad de que García Harfuch asuma el control de entidades cruciales como la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) está próxima a concretarse.
La relación de Claudia Sheinbaum y su equipo de seguridad con las Fuerzas Armadas también es objeto de análisis. El secretario de Seguridad ha buscado una coordinación estrecha con los nuevos mandos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y la Secretaría de Marina (SEMAR), lo cual ha recibido una respuesta favorable. No obstante, persiste un reto importante: las aduanas, que seguirán bajo control militar por intervención directa de López Obrador, una decisión que frena el deseo de Sheinbaum de establecer un control civil para mejorar la recaudación fiscal en estos puntos clave.
Uno de los puntos más delicados que Riva Palacio menciona en su columna es la necesidad urgente de que las acciones y el discurso del gobierno estén alineados. A pesar de que Sheinbaum ha insistido en que no combatirá directamente a los cárteles de drogas, su gabinete de seguridad presenta una estructura claramente enfocada en la lucha contra el crimen organizado. “Si el mensaje no está alineado con las acciones, la estrategia estará condenada”, advierte Riva Palacio.
El columnista también recuerda los errores del pasado, como las estrategias fallidas de seguridad de los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, los cuales ignoraron la importancia de fortalecer y evaluar a las policías municipales. Según el análisis, esta omisión fue clave en eventos trágicos como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Ahora, García Harfuch tiene la responsabilidad de corregir estos fallos mediante la reestructuración de las policías, fiscalías y sistemas penitenciarios estatales, con un enfoque en la capacitación y en la evaluación de estándares.
Finalmente, el desafío para Sheinbaum y su equipo no solo radica en enfrentar los altos índices de criminalidad, sino también en revertir la percepción pública tras dos sexenios marcados por el deterioro del aparato de seguridad. De acuerdo con Riva Palacio, García Harfuch debe “administrar las expectativas” para que la ciudadanía recupere la confianza en las autoridades. Además, el columnista sugiere que una “captura de alto impacto” podría revitalizar la imagen pública de la mandataria y demostrar que está comprometida con la lucha contra el crimen organizado.
Las próximas semanas serán clave para determinar si esta nueva estrategia logrará los resultados esperados o si, como advierte Riva Palacio, el desajuste entre el discurso y la acción pondrá en peligro su éxito.