Dominique Pelicot condenado a 20 años: justicia polémica en el caso Mazan

La sentencia del caso Mazan divide a Francia y podría provocar cambios legislativos.

Justicia para Gisèle Pelicot: un caso que sacudió a Francia

El Tribunal Penal de Aviñón ha dictado este jueves la sentencia del histórico caso Mazan, en el que Dominique Pelicot, de 75 años, fue condenado a 20 años de prisión por violaciones agravadas contra su exesposa Gisèle Pelicot y otros delitos sexuales. La resolución, sin embargo, ha dejado un sabor agridulce: pese a la gravedad de los hechos, seis acusados han quedado en libertad tras cumplir su condena en prisión provisional, lo que ha desatado una ola de protestas en todo el país.

Una década de horrores

Durante casi diez años, Gisèle Pelicot fue víctima de un plan orquestado por su entonces esposo, quien la drogaba para que decenas de hombres abusaran de ella mientras grababa los actos. El descubrimiento del caso ocurrió en 2020, cuando Dominique Pelicot fue arrestado por grabar mujeres en un supermercado. En sus dispositivos, la policía encontró una carpeta titulada “Abusos”, que contenía pruebas gráficas irrefutables.

A partir de ahí, las investigaciones identificaron a 50 hombres involucrados en las violaciones, entre ellos Jean-Pierre M., aprendiz de Pelicot, quien replicó el esquema con su propia esposa. Aunque las pruebas eran abrumadoras, solo 14 de los acusados reconocieron los hechos, mientras que el resto alegó desconocimiento, manipulación o amenazas.

Sentencias que indignan

La condena a Pelicot marca el punto más alto del caso con la pena máxima de 20 años. Sin embargo, las sentencias de los demás acusados, que sumaban 650 años solicitados por la fiscalía, han resultado mucho más bajas de lo esperado.

Por ejemplo, Lionel R., inicialmente enfrentando 14 años, recibió solo 8, mientras que Romain V., quien cargaba la pena más alta entre los acusados, recibió 15 años frente a los 18 pedidos por los fiscales. Otros, como Joseph C., quedaron libres tras cumplir prisión preventiva, a pesar de las graves acusaciones en su contra.

Los manifestantes han calificado el fallo como “una vergüenza” y han acusado al sistema judicial de complicidad por la indulgencia mostrada hacia los perpetradores.

Una lucha por el cambio

El caso Mazan ha impulsado un movimiento social sin precedentes en Francia. Gisèle Pelicot, lejos de mantenerse en silencio, se convirtió en una figura pública clave para visibilizar el horror que sufrió. “Que la vergüenza cambie de bando”, declaró al inicio del juicio, rechazando las vistas a puerta cerrada.

La movilización feminista ha tomado fuerza en las calles y frente a los juzgados, con manifestaciones diarias y pancartas en apoyo a la víctima. La fiscal Laure Chabaud aseguró que este caso marcará un antes y un después en el país, impulsando posibles reformas legales, especialmente en la definición de consentimiento en el Código Penal.

Aunque la sentencia cierra una página, el impacto del caso Mazan sigue abierto. La sociedad francesa espera que esta tragedia impulse cambios concretos y garantice justicia real para las víctimas de violencia sexual en el futuro.