El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que a partir del 9 de junio se prohibirá la entrada al país a ciudadanos de 12 naciones, incluyendo Afganistán, Irán y Somalia, como parte de una nueva política migratoria destinada a proteger la seguridad nacional.
Justificación de la medida
La administración Trump argumenta que estos países presentan deficiencias en sus sistemas de verificación de antecedentes y altos índices de permanencia irregular.
Por ejemplo, Afganistán carece de una autoridad central competente para emitir pasaportes o documentos civiles y no dispone de mecanismos adecuados de control y verificación.
Además, en el año fiscal reciente, el 9,70% de los titulares de visados de negocios o turismo (B1/B2) y el 29,30% de los estudiantes, visitantes de intercambio y formación profesional (F, M, J) de Afganistán permanecieron en Estados Unidos más allá del periodo autorizado.
Países afectados y excepciones
Los países con prohibición total de entrada son: Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen.
Además, se aplicarán restricciones parciales a ciudadanos de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela.
Estas restricciones incluyen la suspensión de visados comunes y la reducción de la validez de otros.
La proclamación contempla excepciones para residentes legales permanentes, titulares de visados vigentes, ciertas categorías de visados y personas cuya entrada responda a intereses nacionales de Estados Unidos.
Reacciones y antecedentes
La medida ha generado críticas por parte de organizaciones de derechos humanos y gobiernos de los países afectados, que la consideran discriminatoria y perjudicial para las relaciones internacionales.
Esta política recuerda a la prohibición de viaje impuesta durante el primer mandato de Trump en 2017, conocida por afectar principalmente a países de mayoría musulmana, y que fue validada por la Corte Suprema de Estados Unidos.
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