En un giro inesperado durante un mitin de Claudia Sheinbaum, candidata presidencial de la coalición ‘Sigamos Haciendo Historia’, en Playa del Carmen, el ambientalista José Urbina irrumpió para denunciar la presunta contaminación del Tren Maya en el Tramo 5, desviando momentáneamente la atención del discurso político hacia una problemática ambiental urgente.
Urbina, conocido también como Pepe Tiburón, no titubeó al levantar la voz y enfrentar directamente a Sheinbaum, exigiendo que ambos se dirigieran a la selva para observar de primera mano los supuestos daños ambientales causados por la infraestructura del Tren Maya. Sus reclamos resonaron en medio del bullicio del mitin, captando la atención tanto de los presentes como de los medios de comunicación.
La candidata presidencial, en un gesto inesperado, respondió a los reclamos de Urbina afirmando que efectivamente visitarían la selva, rompiendo momentáneamente el hilo de su discurso político para atender las preocupaciones planteadas por el activista ambiental.
Urbina ha estado documentando los presuntos daños causados por el Tren Maya en los cenotes, mantos acuíferos y ríos subterráneos, destacando el impacto negativo que las obras podrían tener en el ecosistema de la región.
Sin embargo, la confrontación no se limitó a un simple intercambio verbal. Los simpatizantes de Sheinbaum reaccionaron con hostilidad hacia Urbina, acusándolo de pertenecer a partidos políticos rivales y tratando de acallar su protesta. A pesar de las interrupciones, el activista continuó exponiendo sus argumentos y lamentando la falta de acción por parte del gobierno frente a las denuncias de contaminación ambiental.
Al término del mitin, Sheinbaum afirmó que los verdaderos absurdos ambientales se encuentran del otro lado, refiriéndose aparentemente a las propuestas de otros partidos políticos, aunque se comprometió a revisar los materiales difundidos por el movimiento #SélvameDelTren.
Esta confrontación entre el activismo ambiental y la política evidencia la creciente preocupación por los impactos ambientales de proyectos de infraestructura a gran escala como el Tren Maya, y plantea interrogantes sobre la responsabilidad gubernamental en la protección del medio ambiente frente a intereses económicos y políticos.
El incidente también resalta la importancia del activismo ciudadano en la defensa del medio ambiente y la necesidad de un diálogo abierto y transparente entre los líderes políticos y los defensores de la naturaleza para abordar los desafíos ambientales de manera efectiva y sostenible.