El presidente López Obrador critica duramente a sus antecesores, prometiendo continuar con su visión de justicia social mientras inaugura obras en Sinaloa y se despide irónicamente de sus opositores.
El presidente Andrés Manuel López Obrador visitó este domingo el estado de Sinaloa para inaugurar el Distrito de Riego de la Presa Picachos, en Rosario, una de las obras emblemáticas de su administración. Sin embargo, a diferencia de sus habituales visitas a las distintas entidades del país, esta vez el mandatario subrayó que aún no se despide del estado, ya que antes de concluir su sexenio regresará para inaugurar dos obras pendientes.
En un acto que contó con la presencia de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, y el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, López Obrador aprovechó la ocasión para lanzar una crítica contundente a los anteriores gobiernos neoliberales, a los que acusó de haber olvidado a los más pobres del país. Con su característico estilo directo, el presidente afirmó que su gobierno ha logrado lo que consideraba uno de sus más grandes sueños: atender a los sectores más humildes de la población, creando empleo y más oportunidades para los mexicanos.
“Estoy muy contento porque estamos terminando bien, estamos logrando el propósito de atender a todos, escuchar a todos, pero darle preferencia a los humildes (…) eso ya lo hicimos realidad”, afirmó desde el estrado. Además, recalcó que a pesar de la pandemia que afectó gravemente la economía global, México ha logrado levantarse, siendo hoy el segundo país con menor desempleo a nivel mundial.
“El pueblo se cansa de tanta pinche transa”
Durante su discurso, López Obrador no escatimó en críticas hacia sus antecesores, a quienes acusó de beneficiarse de la riqueza del país a costa del bienestar de las clases más desfavorecidas. “Tenían una estrategia sencilla, engañaban mucho, tenían un truco los neoliberales corruptos para justificar sus transas, ¡y el pueblo se cansa de tanta pinche transa!”, exclamó, desatando una ola de aplausos y vítores entre los asistentes.
El presidente cuestionó duramente la idea neoliberal de que al favorecer a los más ricos, la riqueza se distribuiría eventualmente hacia abajo. “Decían ‘mira, si le das a los de arriba, gotea hacia abajo, si llueve fuerte arriba salpica abajo, como si la riqueza fuera contagiosa o permeable, pero si le das arriba se queda arriba y el que más tiene más quiere”, sentenció López Obrador.
Como ejemplo de este tipo de políticas, mencionó el controvertido caso del Fobaproa, una medida adoptada por anteriores gobiernos que, según él, solo logró endeudar al país para rescatar a los banqueros, dejando a la población a merced de una deuda que sigue vigente. “Ese dinero se pudo haber invertido en el campo, en desarrollo, en educación, en salud para nuestro pueblo, pero esa fórmula ya se fue al carajo, ahora es de abajo hacia arriba”, añadió.
Despedida irónica a sus adversarios
En el mismo evento, López Obrador no dejó pasar la oportunidad para dirigirse, con su habitual tono irónico, a sus opositores, especialmente a aquellos que han cuestionado la legitimidad de su movimiento político. Anunció que antes de concluir su mandato, piensa entregar un reconocimiento especial a figuras como el empresario Claudio X. González y el periodista Carlos Loret de Mola, quienes, según él, han “descubierto” un supuesto algoritmo con el que Morena habría manipulado los resultados electorales.
“Merecen su premio porque nos han ayudado muchísimo… Se han portado bien, un aplauso para los conservadores… No les voy a dar un certificado, les voy a dar dos por si se les pierde”, bromeó el mandatario, generando risas y aplausos entre los presentes.
La visita de López Obrador a Sinaloa, cargada de críticas, ironías y promesas, refleja su estilo confrontativo y su compromiso de seguir impulsando la agenda de su administración hasta el último día de su sexenio.