La tormenta geomagnética ha permitido observar auroras en lugares poco habituales, como Nueva York, las Islas Canarias y hasta Texas, deslumbrando a millones de personas con su inusual belleza.
En una noche que quedará grabada en la memoria de millones de personas, una tormenta geomagnética de intensidad severa trajo consigo un espectáculo visual extraordinario: auroras boreales visibles en regiones que rara vez disfrutan de este fenómeno. Anoche, el cielo se iluminó en numerosos puntos de Estados Unidos, Europa e incluso Australia, debido a la eyección de masa coronal (CME) más fuerte registrada en lo que va del año.
Auroras visibles más allá de los polos
Las auroras, típicas de las regiones cercanas a los polos, iluminaron el cielo con tonos vibrantes de púrpura, rojo y verde, llegando a latitudes insospechadas. En Estados Unidos, el fenómeno se pudo observar desde estados del sur como Alabama, Texas y Carolina del Sur, y en lugares tan inusuales como Nueva York e Illinois. David Robinson, meteorólogo estatal de Nueva Jersey, expresó su sorpresa al poder ver el fenómeno desde su propia casa, destacando lo excepcional que es presenciar auroras boreales en la zona metropolitana de Nueva York.
La Estación Meteorológica Nacional en Upton, Nueva York, confirmó la inusual aparición de las luces, y el meteorólogo Bill Goodman capturó una imagen del fenómeno junto al radar Doppler de la estación. “Fue un espectáculo impresionante”, comentó Goodman, quien destacó que este evento superó a la primera tormenta solar severa del año en términos de visibilidad.
En las redes sociales, la euforia no se hizo esperar. Desde Washington D.C. hasta Kentucky, usuarios compartieron imágenes del cielo teñido de neón rosado y sutiles tonalidades púrpuras, sorprendidos por la belleza del fenómeno.
Auroras en Europa: una aparición rara y fascinante
El impacto de la tormenta geomagnética también se sintió con fuerza en Europa, donde países como Suiza, Polonia, Dinamarca y las Islas Canarias de España fueron testigos de las auroras. En Adliswil (Suiza) y Gdynia (Polonia), fotógrafos y ciudadanos capturaron imágenes del espectáculo celestial, que normalmente se reserva para el Ártico.
En las Islas Canarias, a 28 grados de latitud norte, la aparición de las auroras fue particularmente sorprendente. El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) señaló que el fenómeno no se había visto en más de dos décadas, con la excepción de un episodio en mayo de este año. Los expertos del IAC prevén que eventos similares podrían repetirse en los próximos meses, debido al apogeo del ciclo solar actual.
Galicia también fue escenario de este espectáculo poco común, con cielos sobre Santiago de Compostela pintados de rosa y morado, colores poco habituales en las auroras. El observatorio Astronorte en La Palma indicó que el índice Kp alcanzó el nivel 8, una intensidad tal que permitió la visibilidad de las auroras en zonas tan al sur.
Ciclo solar y futuras tormentas geomagnéticas
El ciclo solar de 11 años, que se encuentra en su fase de máxima actividad, ha sido el motor detrás de estas auroras visibles en latitudes bajas. El Centro de Predicción del Clima Espacial de Estados Unidos (SWPC) explicó que las eyecciones de masa coronal lanzan partículas cargadas que viajan a millones de kilómetros por hora, interactuando con el campo magnético terrestre y produciendo las auroras.
Durante los periodos de máxima actividad solar, como el que atravesamos actualmente y que se espera dure hasta 2025, las tormentas geomagnéticas se intensifican, incrementando la posibilidad de observar auroras fuera de las zonas polares. Además, la variedad de colores —con tonos rojizos, púrpuras y rosados— está siendo más frecuente, agregando un nuevo nivel de asombro al fenómeno.
Un fenómeno que cautiva y alerta
El impacto de las auroras boreales no se limita a lo visual. Aunque estas tormentas geomagnéticas brindan un espectáculo maravilloso, también plantean riesgos para la infraestructura tecnológica. Las comunicaciones por satélite, las redes eléctricas y los sistemas de navegación pueden verse afectados por estas tormentas solares, aunque hasta el momento no se han reportado incidentes graves en relación con el fenómeno actual.
Con el ciclo solar en pleno apogeo, los científicos están monitoreando de cerca la actividad para prever futuros episodios y permitir que más personas puedan disfrutar de este fenómeno único. Los cielos despejados y las intensas tormentas geomagnéticas podrían hacer que las auroras boreales sean una visión cada vez más común en regiones donde antes era impensable presenciarlas.