La política de la identidad y los sindicatos marcan la contienda en un estado clave.
La campaña electoral en Michigan se ha convertido en un campo de batalla político marcado por la división y las tensiones entre diferentes grupos de votantes y sectores de la sociedad.
En las elecciones de 2020, aproximadamente 240.000 árabes votaron en su mayoría por Biden, pero la reciente ofensiva lanzada por Israel en Gaza ha generado un malestar significativo en esta comunidad, lo que podría afectar la posible victoria de Biden en el estado. La representante demócrata por Michigan, Rashida Tlaib, de ascendencia palestina, ha pedido a los votantes demócratas que voten “no comprometido” en las primarias, lo que podría representar un golpe para la campaña de Biden.
Por otro lado, entre los sindicatos, la situación también es compleja. Aunque Biden ha recibido el respaldo de la central United Auto Workers (UAW) por su apoyo durante la huelga contra los fabricantes de automóviles, algunos afiliados discrepan de su política en asuntos como inmigración, derechos de género y estilo de liderazgo. Esta división entre la dirección de los sindicatos y sus miembros podría afectar el apoyo electoral a Biden.
Michigan, uno de los siete estados clave en las elecciones, se encuentra en medio de una encrucijada política donde la identidad, los sindicatos y las políticas de los candidatos juegan un papel crucial. La contienda por este estado refleja las tensiones y divisiones presentes en el panorama político estadounidense y destaca la importancia estratégica que tendrá Michigan en las elecciones de noviembre.