En un reciente diálogo exclusivo con Infobae México, Dulce María Sauri, expresidenta y exsecretaria general del Partido Revolucionario Institucional (PRI), expresó su preocupación por la próxima XXIV Asamblea Nacional del PRI, organizada por Alejandro Moreno, conocido como Alito. Sauri advirtió sobre la posible ilegalidad de la convocatoria, subrayando que el evento, programado para los próximos días, podría violar las normativas internas y la ley electoral, ya que el proceso electoral federal aún no ha concluido oficialmente.
Sauri explicó que, de acuerdo con los estatutos del PRI y la legislación electoral, el partido no puede modificar sus documentos básicos ni cambiar su dirigencia nacional hasta que se haya otorgado la constancia de ganador en la contienda presidencial. “Es una asamblea que fue convocada apresuradamente, en un lapso en el que está restringido, por no decir prohibido, que los partidos políticos modifiquen sus documentos básicos o que elijan nuevas dirigencias, ese lapso concluye cuando termina el proceso electoral”, señaló la exgobernadora.
En consonancia con esta perspectiva, el Frente Amplio de la Renovación del PRI, integrado por Sauri y otras destacadas figuras del partido como José Natividad González, José Reyes Baeza y Héctor Astudillo Flores, ha exigido la suspensión inmediata de la asamblea. Además, han solicitado el cese de las funciones del actual presidente y secretaria general del partido, y la creación de una dirigencia interina que convoque a una nueva asamblea donde se elija una nueva dirigencia mediante el voto de la militancia.
Sauri criticó duramente la gestión de Alejandro Moreno y Carolina Viggiano Austria, acusándolos de aferrarse al poder a pesar de las recientes derrotas electorales del partido. “Sí me preocupa mucho que nos están dejando y masivamente son los votantes, mientras ellos aferrándose con uñas y dientes a la presidencia del Comité Nacional, (eso) le hace perder al PRI cualquier legitimidad en sus demandas. El daño que se ha hecho al partido es verdaderamente grande”, sentenció.
La asamblea, agendada para el 7 de julio, ha sido criticada por la falta de información detallada sobre su organización. Sauri cuestionó la transparencia del evento, señalando que a pocos días de su realización, aún no se conoce ni el lugar ni la hora exacta de la asamblea, lo que genera dudas sobre sus verdaderos objetivos.
Esta situación se produce en un contexto de crisis para el PRI, tras una significativa derrota en los comicios del pasado 2 de junio. La asamblea debería ser un espacio de reflexión profunda, pero la controversia que la rodea plantea serios interrogantes sobre el futuro del partido.