EEUU define apoyo militar a Israel para destruir la capacidad nuclear de Irán

18 de junio de 2025

EE.UU. refuerza soporte militar a Israel para frenar programa iraní nuclear

El respaldo militar de Estados Unidos a Israel ha entrado en una nueva fase decisiva. En medio de una creciente tensión en Medio Oriente, ambos países han acordado intensificar acciones coordinadas con el objetivo de destruir la capacidad nuclear de Irán. Este movimiento responde a la presión del primer ministro israelí, quien insistió en la necesidad de una intervención directa ante la posibilidad de que Teherán avance en su programa atómico. La cooperación se ha consolidado a través de operaciones conjuntas, soporte aéreo y sistemas antimisiles activos en la región. Washington ha dejado claro que no permitirá que Irán desarrolle armamento nuclear que altere el equilibrio estratégico regional.

Israel activa ofensiva aérea con apoyo logístico de EE.UU.

Desde el 13 de junio, las fuerzas armadas de Israel han iniciado una serie de bombardeos sobre objetivos estratégicos iraníes vinculados con su infraestructura nuclear. Entre ellos, se destacan instalaciones subterráneas y centros de desarrollo científico que, según informes de inteligencia compartidos con EE.UU., tendrían capacidad de enriquecer uranio para fines militares. El despliegue cuenta con respaldo logístico estadounidense, incluyendo sistemas de defensa antimisiles, aviones cisterna para reabastecimiento en vuelo y vigilancia satelital. Se trata de una ofensiva calculada, cuyo objetivo no solo es dañar infraestructura, sino también interrumpir la cadena de mando iraní encargada del desarrollo de misiles balísticos. La cooperación entre ambos países también se evidencia en los sistemas de defensa Iron Dome y Arrow 3, que han logrado interceptar lanzamientos provenientes desde territorio iraní en respuesta a los ataques iniciales.

Reacción iraní y advertencias de represalia directa

La respuesta de Irán no se hizo esperar. En las últimas horas, Teherán lanzó una serie de misiles hacia el sur de Israel, aunque sin causar víctimas. Las autoridades iraníes afirmaron que actuarán con fuerza si Estados Unidos participa activamente en nuevos bombardeos, y advirtieron sobre consecuencias impredecibles para la región. Además, se han registrado movimientos en bases militares iraníes cercanas al Golfo Pérsico, lo que sugiere un aumento de su estado de alerta. La tensión diplomática se agrava a medida que aumenta el temor de que otras potencias o actores no estatales se involucren en el conflicto, profundizando la crisis de seguridad en Medio Oriente.

Debate interno en EE.UU. sobre intervención directa

Dentro de EE.UU., el tema ha generado un intenso debate político y estratégico. El presidente Trump ha manifestado su disposición a autorizar ataques directos contra instalaciones nucleares como la planta subterránea de Fordow, en caso de que Irán cruce lo que considera una “línea roja”. Esta postura ha sido respaldada por sectores de la administración que consideran que la única vía efectiva para detener a Irán es una demostración de fuerza. Sin embargo, también hay voces que alertan sobre el alto riesgo de una escalada militar regional. Informes del Pentágono señalan que las bases estadounidenses en Irak, Siria y el Golfo estarían expuestas a represalias, así como también podrían verse afectadas las rutas energéticas claves para la economía global. Pese a ello, el liderazgo israelí sigue presionando para mantener la ofensiva y desarticular lo que considera una amenaza existencial para su seguridad.

El escenario actual refuerza el rol de Estados Unidos como aliado central de Israel en la lucha contra la proliferación nuclear en Medio Oriente. Al mismo tiempo, abre un nuevo capítulo de incertidumbre geopolítica en una región históricamente marcada por conflictos de larga duración y consecuencias globales.


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