La Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano ha anunciado la excomunión del arzobispo italiano Carlo Maria Viganò, de 83 años, acusado de cisma debido a sus continuos ataques y rechazo a la autoridad del papa Francisco.
En un comunicado emitido este viernes, la Congregación subrayó que Viganò ha sido excomulgado por su rechazo a reconocer y someterse al Sumo Pontífice, su falta de comunión con los miembros de la Iglesia y su negación de la autoridad magisterial del Concilio Vaticano II. “Son conocidas sus afirmaciones públicas de las que resulta el rechazo a reconocer y someterse al Sumo Pontífice, a la comunión con los miembros de la Iglesia y a la legitimidad de la autoridad magisterial del Concilio Vaticano II”, reza el comunicado.
Viganò, quien fue nombrado arzobispo en 1992 por el papa Juan Pablo II y sirvió como nuncio apostólico en Nigeria y Estados Unidos, ha sido una figura prominente dentro del sector más conservador de la Iglesia católica. En los últimos años, se ha manifestado abiertamente en contra del papa Francisco, llegando incluso a calificarlo de “herético”, “tirano” y “siervo de Satanás”. Además, ha cuestionado la legitimidad de la elección del pontífice en el cónclave de 2013 y ha criticado duramente el documento ‘Fiducia Supplicans’, que permite la bendición de parejas homosexuales.
El pasado 28 de junio, Viganò fue citado por la Congregación para la Doctrina de la Fe para responder a las acusaciones de cisma, pero se negó a comparecer. La Congregación, dirigida por el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, deliberó el caso el 4 de julio, encontrando a Viganò culpable y decretando su excomunión. La sentencia ya ha sido comunicada al arzobispo.
En respuesta, Viganò ha defendido sus acciones y declaraciones a través de la red social X, calificando las acusaciones en su contra como un “honor” y reiterando sus críticas al Concilio Vaticano II, al que describió como “un cáncer ideológico, teológico, moral y litúrgico”. También se refirió a la “Iglesia Bergogliana” como una “metástasis”.
El caso de Viganò ha sido comparado con el del arzobispo francés Marcel François Lefevure, fundador de la Fraternidad de San Pío X, quien también fue excomulgado en 1988 por actos cismáticos tras su crítica al Concilio Vaticano II.
La decisión de la excomunión de Viganò marca un significativo movimiento del Vaticano en su esfuerzo por mantener la unidad y la autoridad dentro de la Iglesia, subrayando la gravedad de los ataques y la disidencia pública contra el Papa y las enseñanzas del Concilio Vaticano II.