Legisladores, encabezados por Gerardo Fernández Noroña, enfrentaron múltiples reclamos sobre el proceso, el cual fue cuestionado por su inédito formato y su posible politización. La oposición priista estuvo presente.
En un proceso marcado por confusión y controversia, el Senado de la República llevó a cabo este 12 de octubre la primera tómbola para la elección de jueces y magistrados que formarán parte del Poder Judicial de la Federación en 2025. Bajo la conducción del presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, los legisladores presenciaron una jornada inédita en la que se sortearon los números correspondientes a las magistraturas y juzgados que estarán en juego el primer domingo de junio del próximo año.
Fernández Noroña, consciente de las dificultades y el caos durante la sesión, se justificó explicando que este proceso es “único” y, por lo tanto, todos estaban “aprendiendo sobre la marcha”. “Nunca habíamos hecho un proceso así, es inédito, es único, entonces, todos estamos aprendiendo. De aquí directo a la Lotería Nacional”, bromeó el senador, tratando de aligerar el ambiente. Sin embargo, durante el sorteo, el presidente del Senado tuvo que reiterar las instrucciones varias veces para garantizar que los senadores comprendieran los pasos a seguir.
Momento de confusión
Uno de los momentos más destacados fue cuando Fernández Noroña explicó en repetidas ocasiones que los números impares (non) de los listados saldrían a elección en junio de 2025. “Para que se escuche con claridad, el número que salga si es no, eso quiere decir que si el listado es non, irá a elección el primer domingo de junio de 2025, las plazas de listado non”, insistió el legislador ante la evidente confusión de varios asistentes.
Al finalizar el proceso, el presidente del Senado comunicó a los medios de comunicación que en total serán “464 magistraturas y 386 juzgados federales los que se someterán a elección el primer domingo de junio de 2025”. Además, la Cámara Alta envió una solicitud al Consejo de la Judicatura para que, desde ahora, no se realicen cambios en las adscripciones de los jueces y magistrados cuyos cargos serán parte de este nuevo mecanismo electoral.
Reclamos de la oposición
Aunque el Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue la única bancada opositora que participó en la tómbola judicial, los senadores priistas no dudaron en manifestar su inconformidad con el proceso. La senadora Claudia Anaya Mota se mostró contundente en su crítica al asegurar que “ningún país del mundo” utiliza este tipo de mecanismos para elegir cargos judiciales.
“De verdad que ningún país del mundo hace esto, porque eso no funciona, porque la justicia no se rifa, porque los criterios jurisdiccionales no tienen que estar apegados a popularidad, sino a derecho. Lo lamento mucho, porque es terrible que no exista justicia en México y sin justicia no habrá paz”, señaló Anaya Mota en un discurso que resonó entre varios de los presentes.
Por su parte, la senadora Carolina Viggiano reforzó las críticas hacia el método, afirmando que tanto la tómbola como los comités “de cúpulas” serán los que finalmente decidan “quiénes juzgarán a la ciudadanía”. En su intervención, advirtió que este tipo de mecanismos no reflejan una auténtica participación popular: “Falso que vaya a ser el pueblo bueno; si acaso, será el pueblo narco”.
Un proceso controvertido desde el principio
Desde que se anunció la implementación de una tómbola para elegir a jueces y magistrados en México, el tema ha generado opiniones encontradas. Defensores del nuevo sistema argumentan que podría aumentar la transparencia y participación en la selección de funcionarios del Poder Judicial. No obstante, sus críticos, como los senadores del PRI, señalan que este proceso electoral introduce un alto grado de politización en la designación de los jueces, lo que podría comprometer su independencia y capacidad para impartir justicia de manera imparcial.
El proceso también ha despertado preocupación sobre cómo se elaborará la lista de candidatos que participarán en las elecciones judiciales, ya que se teme que los intereses partidistas influyan directamente en la selección de estos nombres. La propia Anaya Mota advirtió que esta fase tendrá un “tinte totalmente político”, elevando aún más las tensiones en torno a este polémico proceso.
A medida que se acerca la fecha de las elecciones, queda por ver cómo se desarrollará este inédito experimento democrático y si logrará disipar las dudas sobre su viabilidad y legitimidad. Sin embargo, las voces críticas dentro del Senado sugieren que el camino hacia la elección de jueces en 2025 estará plagado de debates y desafíos.