Usuarios comparten imágenes del raro fenómeno astronómico tras 165 años de ausencia
Por primera vez en más de un siglo y medio, una majestuosa aurora boreal iluminó el cielo nocturno de diversos estados de México, regalando afortunados observadores un espectáculo celestial lleno de colores y misterio. Este fenómeno, bautizado por el renombrado astrónomo Galileo Galilei en 1619 en honor a la diosa romana del amanecer, Aurora, fue avistado en estados como Zacatecas, Jalisco, Baja California, Sonora, Chihuahua, y Coahuila, así como también en otros países como Colombia y Suiza.
El deslumbrante espectáculo se originó a raíz de una tormenta geomagnética desencadenada por el choque de ondas de calor y viento solar. Según los expertos, las auroras boreales se producen cuando el viento solar impacta contra el campo magnético terrestre, generando corrientes de partículas cargadas que fluyen hacia los polos. Estas partículas cargadas, conocidas como iones, son las responsables de la deslumbrante danza de luces que caracteriza a las auroras boreales.
Los observadores afortunados quedaron maravillados por la intensidad de los colores que pintaron el cielo, que iban desde tonalidades lila hasta rojizas y verdes, creando un espectáculo sin igual que fue ampliamente compartido en redes sociales por entusiastas de la astronomía y aficionados a la fotografía.
A pesar de su rareza en estas latitudes, las auroras boreales son un fenómeno que se presenta en todos los planetas del sistema solar, con la excepción de Venus y Marte debido a la inexistencia o debilidad de su campo magnético.
El profesor asociado del Departamento de Físicas y Astronomía de la Universidad de Iowa, Greg Howe, señaló que las auroras boreales se relacionan estrechamente con las manchas solares y que se requieren técnicas especiales e instrumentos para comprender completamente su formación y la energía solar involucrada en este fascinante fenómeno.
Asimismo, es importante destacar la diferencia entre una aurora boreal y una aurora austral. Mientras que la primera se manifiesta en el hemisferio Norte del planeta, la segunda tiene lugar en el hemisferio Sur, como es el caso de Chile. Aunque ambas se originan a partir de tormentas geomagnéticas y la interacción de los gases de la atmósfera terrestre con el viento solar, cada una ofrece un espectáculo único y cautivador para los observadores del cielo nocturno.
El resplandor de las auroras boreales en los cielos mexicanos ha dejado una impresión imborrable en la memoria de aquellos que tuvieron la fortuna de presenciar este fenómeno celestial, recordándonos la majestuosidad y la belleza del universo que nos rodea.