En una noticia que ha conmocionado al Reino Unido, hasta tres empleados de la clínica donde fue atendida la princesa Kate Middleton por una cirugía abdominal están siendo investigados por presuntamente intentar acceder a su historial médico. Este incidente ha desatado preocupaciones sobre la privacidad y seguridad de la familia real británica.
Según reportes de varios medios británicos, incluida la filial de CNN, ITV, la filtración no afectó el historial médico del rey Carlos, quien también recibió tratamiento en el mismo hospital por un agrandamiento de próstata, que posteriormente fue diagnosticado como un tipo de cáncer no revelado. El primer medio en informar sobre este preocupante asunto fue el tabloide británico Daily Mirror.
El Palacio de Buckingham ha optado por no hacer comentarios adicionales sobre el asunto, mientras que CNN ha buscado información del Palacio de Kensington respecto a la situación de la princesa Kate.
A pesar de la alarma generada, aún no está claro si los datos médicos de la princesa Kate se vieron comprometidos. Middleton estuvo ingresada en el hospital durante 13 noches y fue dada de alta en enero, después de someterse a una cirugía abdominal planificada. Sin embargo, el palacio ha mantenido en reserva cualquier otro detalle relacionado con el procedimiento.
El portavoz de The London Clinic, Al Russell, afirmó que se está llevando a cabo una investigación interna y que se tomarán medidas disciplinarias. “No hay lugar en nuestro hospital para aquellos que intencionalmente violan la confianza de ninguno de nuestros pacientes o colegas”, dijo Russell en un comunicado a CNN.
Por su parte, la Oficina del Comisionado de Información (ICO), el regulador independiente del Reino Unido para la Protección de Datos y la Libertad de Información, confirmó que había recibido un informe de infracción y está evaluando la información proporcionada.
Hasta el momento, la policía de Londres no ha iniciado una investigación formal sobre la supuesta infracción. Un portavoz de la Policía Metropolitana le comunicó a CNN que no tenían conocimiento de ninguna remisión en este momento.
Este incidente plantea serias preocupaciones sobre la privacidad y seguridad de los miembros de la familia real británica y ha provocado un llamado a una mayor vigilancia en el acceso a la información médica confidencial de figuras públicas. La investigación en curso arrojará luz sobre la magnitud del acceso no autorizado y las posibles medidas que se tomarán para evitar que se repitan incidentes similares en el futuro.