El jefe de Hezbollah, Hassan Nasrallah, fue abatido junto a altos mandos del grupo extremista tras un ataque aéreo israelí en la capital libanesa. Hezbollah confirma su muerte tras días de incertidumbre.
Fuerzas israelíes neutralizan al líder terrorista Hassan Nasrallah en ataque sobre su bastión en Beirut
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron la muerte de Hassan Nasrallah, líder del grupo terrorista Hezbollah, en un bombardeo aéreo realizado este viernes en Beirut, Líbano. Según el portavoz militar israelí David Avraham, el ataque fue parte de un operativo de precisión que buscaba neutralizar al jefe de la organización armada. Nasrallah, uno de los fundadores y figura clave de Hezbollah desde 1992, fue abatido junto con Ali Karki, comandante del Frente Sur de la milicia, y otros altos mandos.
El ataque se llevó a cabo en la zona de Dahye, un suburbio de la capital libanesa considerado el principal bastión de Hezbollah. Los aviones de combate de la Fuerza Aérea de Israel (IAF) lanzaron un bombardeo sobre el Cuartel General Central de la organización, el cual se encontraba oculto bajo un edificio residencial. Según fuentes israelíes, Nasrallah estaba planificando nuevas operaciones terroristas cuando ocurrió el ataque.
El portavoz militar israelí, Nadav Shoshani, confirmó a través de Telegram que “Hassan Nasrallah está muerto”, horas antes de que Hezbollah confirmara su deceso. Aunque ya había rumores sobre su posible muerte, debido a la pérdida de contacto con Nasrallah desde la noche del viernes, no fue hasta este sábado que la organización extremista emitió un comunicado oficial.
Un golpe decisivo para Hezbollah
El operativo contra Nasrallah fue resultado de información de inteligencia obtenida por las FDI y agencias de seguridad israelíes. Este bombardeo es considerado un golpe crucial para Hezbollah, una organización que ha mantenido una intensa actividad bélica contra Israel desde el 7 de octubre, cuando Hamas lanzó un ataque masivo en el sur del territorio israelí.
Desde ese momento, Hezbollah ha intensificado sus agresiones desde el Líbano, obligando a Israel a dividir su capacidad militar entre la Franja de Gaza y la frontera libanesa. La eliminación de Nasrallah, una de las figuras más influyentes en la historia reciente del conflicto árabe-israelí, marca un hito en la ofensiva israelí.
El Ejército israelí, por su parte, destacó que la muerte del líder de Hezbollah es un mensaje claro a cualquier grupo o individuo que promueva el terrorismo en su contra. “El Ejército de Defensa de Israel continuará actuando contra cualquier persona que promueva y participe en actividades terroristas contra el Estado de Israel y su gente”, subrayó el portavoz militar David Avraham.
Un líder con décadas de influencia
Hassan Nasrallah, nacido en agosto de 1960 en un barrio pobre de Beirut, fue un líder militar y político con una vasta trayectoria dentro del Líbano y la región. Proveniente de una familia chiita, Nasrallah se unió a Hezbollah en 1982, tras la invasión israelí del Líbano, y ascendió rápidamente en la jerarquía de la organización. En 1992, tras el asesinato de su mentor Abbas Mousavi, asumió la dirección de Hezbollah a la edad de 32 años.
Bajo su liderazgo, Hezbollah se consolidó como una fuerza política influyente en el Líbano, obteniendo escaños en el Parlamento y recibiendo un apoyo considerable de Irán. Este respaldo le permitió desarrollar una amplia red de servicios sociales en las comunidades chiitas del país, aumentando su legitimidad entre la población.
Nasrallah fue también una de las figuras centrales en la retirada de Israel del sur del Líbano en el año 2000, un evento celebrado por su organización como una victoria. Durante sus décadas al frente de Hezbollah, Nasrallah mantuvo una retórica constante de resistencia contra Israel, describiendo al Estado judío como una “débil telaraña” a pesar de su capacidad militar.
Impacto en el conflicto actual
La muerte de Nasrallah ocurre en un momento crítico para la región, con una guerra en curso entre Israel y Hamas que ya ha provocado miles de víctimas. La intensificación de los ataques de Hezbollah desde la frontera libanesa y la respuesta contundente de Israel han elevado las tensiones en el Medio Oriente.
Aunque Hezbollah ha perdido a su principal líder, la organización aún conserva una amplia estructura militar y política, lo que plantea interrogantes sobre el futuro del conflicto. Sin embargo, la desaparición de Nasrallah representa un golpe significativo para el liderazgo chiita en Líbano y podría afectar el curso de la guerra actual.
Israel ha dejado claro que no cesará sus operaciones militares mientras existan amenazas a su seguridad, lo que augura una escalada mayor en los enfrentamientos en las próximas semanas. La región se enfrenta ahora a una etapa de incertidumbre, con un vacío de poder en la cúpula de Hezbollah y una guerra en Gaza que sigue en desarrollo.