La Comunidad Valenciana sufre una tragedia sin precedentes tras la devastadora DANA

Más de 160 muertos y decenas de desaparecidos mientras continúan las labores de rescate

La Comunidad Valenciana vive momentos de extrema angustia tras el paso de una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) devastadora que azotó el sureste de la península el martes. Con más de 160 fallecidos, de los cuales 155 son de esta comunidad autónoma, las cifras son desoladoras y las tareas de búsqueda y rescate continúan sin descanso para localizar a las decenas de personas que aún permanecen desaparecidas.

En un panorama desolador, el sufrimiento y la fortaleza de los valencianos se hacen evidentes. Las calles y viviendas están cubiertas de barro, y las infraestructuras han sufrido daños severos. Los habitantes, en especial los más jóvenes, se organizan en brigadas improvisadas para limpiar los escombros y tratar de devolver un mínimo sentido de normalidad a sus comunidades. Miguel García, uno de los vecinos de Utiel, ha vivido dos días de angustia pero también de resistencia. “Hemos perdido mucho, pero estamos vivos y eso es lo importante”, comenta con las manos llenas de lodo mientras despeja el garaje de su hogar.

La magnitud del desastre ha llevado a las autoridades a tomar medidas excepcionales. La Generalitat Valenciana ha dispuesto que las instalaciones de la Feria de Valencia se utilicen como morgue para conservar los cuerpos antes de entregarlos a las funerarias. La llegada de líderes políticos como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ha marcado la jornada. Ambos se trasladaron a la región para supervisar las labores de coordinación en el Centro de Coordinación Operativo Integrado (CECOPI).

Feijóo, líder del Partido Popular, ha respaldado la actuación del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, destacando que “un presidente autonómico funciona según la información que recibe” y culpando al Gobierno Central por la gestión meteorológica. Por su parte, Pedro Sánchez ha hecho un llamado a la prudencia y ha insistido en que la DANA sigue activa, recomendando a los habitantes de las zonas más afectadas que permanezcan en sus casas y sigan las indicaciones de los servicios de emergencia. Carlos Mazón ha solicitado al Ministerio de Defensa la colaboración del Ejército y recursos adicionales para agilizar la distribución de ayuda y el rescate de personas atrapadas.

Los problemas de movilidad continúan agravando la situación. Más de 120 carreteras, incluyendo tramos de las importantes autovías A-3 y A-7, están cortadas. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha emitido advertencias claras para evitar desplazamientos innecesarios durante el puente festivo, incluso si las previsiones meteorológicas son favorables en los próximos días. La prioridad, subrayan las autoridades, es permitir el acceso exclusivo a servicios de emergencia y provisión de bienes básicos a los municipios que se encuentran incomunicados.

El sector ferroviario también enfrenta retos monumentales. El Ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha informado que la alta velocidad no volverá a operar en las próximas dos o tres semanas. Pero lo más preocupante es el estado de las líneas de Cercanías de Valencia. Las líneas C1, C2 y C3 han quedado prácticamente destruidas, y en el caso de la C3, los daños podrían tardar meses en ser reparados. “Veremos qué pasa con la C1 y la C2, pero la situación es extremadamente complicada”, lamentó Puente.

En este contexto de desolación, los valencianos han mostrado una solidaridad impresionante. Muchos se movilizan a pie para ayudar en las labores de limpieza y rescate. Voluntarios de todas las edades, equipados con lo poco que tienen, acuden a las zonas más afectadas con suministros básicos, alimentos y agua, conscientes de que la recuperación será lenta y dolorosa. En cada esquina, las escenas son de una sociedad golpeada, pero unida: vecinos que se arremangan para retirar lodo y escombros, familias que comparten lo que queda de sus pertenencias y equipos de emergencia que no desfallecen en su misión de salvar vidas.

La catástrofe de la DANA ha dejado una herida profunda en la Comunidad Valenciana, pero también ha revelado la capacidad de resistencia y ayuda mutua de sus habitantes. El camino hacia la recuperación será arduo y lleno de obstáculos, pero la determinación de una región que ha visto lo peor se mantiene firme.