Tras casi 48 horas bajo custodia, la necropsia descarta relación directa entre la riña y la muerte del joven. La UNAM denuncia intentos de desestabilización en vísperas de las elecciones.
En una resolución que ha generado tanto alivio como nuevas interrogantes, las autoridades han liberado a los nueve estudiantes detenidos luego del violento episodio que sacudió las inmediaciones del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Naucalpan, en el Estado de México, el pasado miércoles por la noche.
Después de casi dos días de intensas investigaciones, el agente del ministerio público ha decidido dejar en libertad a los jóvenes implicados. La determinación se basa en el resultado de una exhaustiva necropsia practicada al joven estudiante de la FES Acatlán, cuya muerte trágica marcó el punto crítico de la confrontación. Contrario a lo inicialmente supuesto, los médicos forenses han descartado que el deceso esté directamente relacionado con los golpes recibidos durante la riña. En cambio, sugieren que las causas apuntan hacia una eventualidad natural.
A pesar de su liberación, el escrutinio legal sobre los estudiantes continúa. Las autoridades locales de Naucalpan han confirmado que están siendo investigados por su presunta implicación en delitos de riña y daños a la propiedad. Estos cargos surgen como consecuencia del caos desatado en las inmediaciones del plantel educativo durante el enfrentamiento.
Este incidente, lejos de ser aislado, se enmarca en un contexto más amplio de violencia en el campus Naucalpan de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La institución académica ha denunciado repetidamente una serie de actos vandálicos perpetrados por grupos encapuchados y armados que, según sus informes, parecen tener como objetivo sembrar el caos y la inseguridad entre la comunidad estudiantil y docente.
En una declaración oficial, la UNAM ha expresado su preocupación por la impunidad con la que estos grupos operan, señalando un claro intento de desestabilización en vísperas de las elecciones próximas. La institución ha instado a las autoridades de seguridad a reforzar la vigilancia en los alrededores de los planteles educativos para garantizar la seguridad de los estudiantes y el personal.
En este escenario de incertidumbre y tensiones latentes, se espera que las investigaciones continúen hasta esclarecer todos los aspectos relacionados con el trágico suceso que estremeció al CCH Naucalpan y sus alrededores. La búsqueda de justicia y la preservación de la estabilidad en el entorno educativo y social son imperativos que requieren una respuesta concertada y firme por parte de las autoridades competentes.