Testimonios reales y animación revelan las atrocidades del grupo respaldado por Irán
El Centro para las Comunicaciones por la Paz, reconocido por sus investigaciones audiovisuales, ha presentado su más reciente y reveladora producción: “Los rehenes de Hezbollah”. Esta serie documental de ocho episodios ofrece un escalofriante testimonio sobre los crímenes del grupo terrorista Hezbollah, incluyendo el reclutamiento infantil, el tráfico sexual y la opresión de voces disidentes, todo ello respaldado por Irán.
La producción combina testimonios reales de víctimas y opositores con técnicas de animación de vanguardia, un enfoque que garantiza tanto la protección de la identidad de los participantes como la fidelidad de sus relatos. Según los productores, esta técnica ya había sido utilizada en su serie anterior, “Susurrando en Gaza”, que mostró los sufrimientos bajo el régimen de Hamas.
Un relato de opresión y valentía
El proyecto recopila los testimonios de personas que han vivido bajo la influencia o el control de Hezbollah, como Husein, un joven libanés chiíta cuyo entorno fue moldeado por la propaganda del grupo. Su experiencia en un intercambio académico con estudiantes israelíes le permitió abrir los ojos y desafiar la narrativa del odio que le habían inculcado desde niño.
Otro relato destacado es el de Nadia, una mujer que logró escapar de las estrictas reglas religiosas impuestas por Hezbollah, y el de activistas que participaron en la Revolución del 17 de octubre de 2019 en Líbano, quienes alzaron su voz contra la corrupción y el autoritarismo.
Una red de terror transnacional
Cada episodio profundiza en las actividades ilícitas de Hezbollah, que van más allá de Líbano y Siria, impactando regiones tan distantes como América Latina. El documental señala al grupo como responsable del atentado contra la AMIA en Buenos Aires en 1994, un ataque que dejó 85 muertos y que, hasta octubre de 2023, se consideraba el acto más mortífero contra judíos desde el Holocausto.
La serie también explora la implicación de Hezbollah en el tráfico de drogas, una de sus principales fuentes de financiamiento, y en la manipulación sistemática de comunidades vulnerables a través del terror y la opresión.
El desafío de contar la verdad
La realización de “Los rehenes de Hezbollah” no estuvo exenta de riesgos. Los realizadores enfrentaron desafíos logísticos y de seguridad al contactar a las víctimas y opositores. “Queríamos contar la historia de aquellos que nunca tienen voz. Esta serie no solo expone el terror, sino también la resiliencia de quienes luchan por la verdad”, afirmó un portavoz del Centro para las Comunicaciones por la Paz.
En un panorama mediático donde las voces de las víctimas a menudo quedan silenciadas, esta serie documental es un llamado a la conciencia internacional sobre los crímenes de Hezbollah.