Maduro denuncia veto de Brasil en BRICS: “Nadie callará la voz de Venezuela”

Tras el veto de Brasil en el BRICS, Maduro acusa a “centros de poder” y califica el gesto de “hostil”

En un reciente giro en la política internacional de Venezuela, el presidente Nicolás Maduro arremetió contra el gobierno brasileño tras el veto de este a la inclusión de Venezuela en el bloque BRICS. Durante un discurso televisado, Maduro insistió en que “nadie vetará ni callará a Venezuela”, refiriéndose a la negativa de Brasil a apoyar la candidatura del país caribeño en el grupo de economías emergentes conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Esta decisión, respaldada por el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, refleja la tensa relación entre ambos países, que se ha deteriorado especialmente a raíz de las controvertidas elecciones venezolanas del pasado 28 de julio.

El pronunciamiento de Maduro, transmitido por el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), subrayó su determinación de seguir alzando lo que definió como la “voz de rebeldía y justicia de Venezuela”. En su intervención, el mandatario venezolano dijo que “no existe fuerza en esta tierra que calle la voz de rebeldía y de justicia de Venezuela. Ni hoy ni mañana ni nunca, nadie vetará ni callará a Venezuela, y el que lo intente se secará”. Este último comentario fue interpretado como una alusión a antiguos adversarios que, según Maduro, “cayeron en el basural de la historia”.

Pese a que su candidatura fue rechazada en el BRICS, Maduro describió su participación en la reciente cumbre de Kazán, Rusia, como un éxito “estelar”. Afirmó que Venezuela había alcanzado acuerdos importantes en su misión de fortalecer alianzas con países alineados con su visión de un “mundo multipolar, multicéntrico y pluripolar”. Según su relato, mantuvo reuniones con representantes de casi 30 países, entre los que destacó a sus aliados Rusia, China, Irán, Cuba y Nicaragua, quienes, según él, expresaron “admiración” y lo felicitaron por su triunfo electoral.

El desencuentro con Brasil se originó cuando Maduro, de acuerdo con fuentes diplomáticas, ejerció presión “a última hora” para obtener el apoyo del grupo BRICS. Sin embargo, el gobierno de Lula da Silva respondió con una negativa, en un gesto que atribuyó a la “ruptura de confianza” con el régimen chavista. Celso Amorim, asesor y ex canciller brasileño, declaró al diario O Globo que la decisión estuvo motivada por la falta de transparencia en las elecciones venezolanas. Amorim reveló que Maduro había asegurado a Lula que se divulgarían las actas de los comicios, en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE) declaró a Maduro como vencedor con el 52% de los votos. Sin embargo, dicha publicación aún no se ha producido, lo que generó desconfianza y escepticismo en Brasil y la comunidad internacional.

La negativa de Brasil a reconocer los resultados oficiales de las elecciones y su solicitud para que se publiquen todas las actas de votación exacerbó las tensiones. Según el CNE, un “hackeo” al sistema habría impedido la divulgación de los resultados completos, una justificación que la oposición venezolana considera un subterfugio. Líderes de la oposición como María Corina Machado han calificado el proceso electoral de fraudulento, respaldando su posición con pruebas publicadas en un sitio web que, según afirman, muestran que el opositor exiliado en España, Edmundo González Urrutia, habría sido el verdadero ganador de las elecciones.

Además, la Cancillería venezolana respondió enérgicamente a la decisión de Brasil, calificándola de “hostil” y acusando al gobierno de Lula de alinearse con los “centros de poder occidentales”. En un comunicado oficial, el régimen de Caracas denunció que el veto brasileño representa un acto de “exclusión e intolerancia” que, argumenta, es alentado desde el exterior para aislar a Venezuela. El régimen chavista sostiene que, además del apoyo de países aliados, cuenta con el respaldo de “otros miembros de BRICS” para su eventual integración al grupo.

El revés en el intento de Venezuela de unirse a los BRICS, sin embargo, no ha mermado la retórica de Maduro ni sus esfuerzos por proyectar una imagen de liderazgo en el escenario internacional. Su mensaje se centró en posicionar a Venezuela en el “lado correcto de la historia” y enfatizó su visión de un mundo en el que la influencia y control de los países occidentales se vea contrarrestada por alianzas entre naciones “rebeldes” que, como Venezuela, buscan desafiar las estructuras de poder tradicionales.

El veto de Brasil refleja no solo la fractura entre Caracas y Brasilia, sino también un creciente consenso en la comunidad internacional sobre la falta de transparencia en el sistema electoral venezolano. El caso de Edmundo González Urrutia es una muestra de la polarización que impera en la política venezolana y del riesgo que enfrentan los opositores en el país. Con una orden de captura en su contra, González Urrutia ha denunciado que el régimen busca silenciar a quienes exponen las irregularidades del sistema electoral.

En este contexto, la negativa del BRICS no solo representa una derrota diplomática para Maduro, sino que reafirma el aislamiento progresivo del régimen chavista, que sigue sin lograr el reconocimiento de importantes países de la región. La postura de Brasil deja claro que, pese a las afinidades ideológicas previas, las relaciones bilaterales no son inmunes a la controversia sobre la legitimidad de los procesos democráticos en Venezuela.