Muere O. J. Simpson a los 76 años tras una larga batalla contra el cáncer

O. J. Simpson, el icónico exjugador de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) y figura central en uno de los juicios más mediáticos de la historia reciente, falleció a los 76 años a causa del cáncer de próstata que padecía. La noticia fue confirmada por su familia a través de las redes sociales el pasado 10 de abril.

La muerte de Simpson marca el final de una vida marcada por el éxito deportivo y la controversia legal. Conocido como “The Juice”, Simpson dejó una huella imborrable en el mundo del fútbol americano, desde sus días como estrella en la Universidad del Sur de California hasta su destacada carrera en la NFL, donde jugó para equipos como los Buffalo Bills y los San Francisco 49ers.

Sin embargo, el nombre de O. J. Simpson quedará grabado en la memoria colectiva por su involucramiento en uno de los casos judiciales más sonados de la historia moderna: el juicio por el asesinato de su exmujer, Nicole Brown Simpson, y su amigo, Ronald Goldman, en 1994. Aunque fue absuelto por un jurado en lo que se denominó “el juicio del siglo”, el caso dejó una marca indeleble en la sociedad estadounidense y generó un debate acalorado sobre raza, clase y justicia.

El proceso judicial fue un espectáculo seguido por millones de personas en todo el mundo, con una cobertura mediática sin precedentes. El “dream team” de abogados de Simpson, encabezado por figuras como Johnnie Cochran y Robert Shapiro, se enfrentó a una fiscalía determinada a demostrar la culpabilidad del exjugador. La defensa argumentó que Simpson había sido incriminado por motivos racistas, mientras que los fiscales presentaron pruebas que vinculaban al acusado con los asesinatos.

El veredicto de inocencia, pronunciado el 3 de octubre de 1995, dividió a la opinión pública y desató un debate nacional sobre el sistema judicial y la igualdad ante la ley. El presidente de los Estados Unidos en ese momento, Bill Clinton, abandonó temporalmente sus deberes en la Casa Blanca para seguir el veredicto en televisión, destacando la magnitud del impacto del caso.

A pesar de su absolución en el juicio por el asesinato, la vida de O. J. Simpson continuó siendo objeto de controversia. En 2008, fue condenado a nueve años de prisión por su participación en un robo a mano armada en Las Vegas, lo que puso fin a una tumultuosa saga legal que había mantenido a Simpson en el centro de la atención pública durante décadas.

La muerte de O. J. Simpson marca el fin de una vida marcada por la gloria deportiva, el escrutinio público y la controversia legal. Su legado será recordado como uno de los capítulos más polémicos y fascinantes en la historia del deporte y la justicia estadounidenses.