El Kremlin impulsa un nuevo juicio contra un alto exfuncionario de Defensa tras el deceso de un ministro clave
La repentina muerte del ministro de Transporte de Rusia, quien había sido recientemente destituido, ha marcado un nuevo capítulo en la estrategia del presidente Vladimir Putin, que ahora avanza con mayor severidad en su política de purgas internas.
La muerte de un ministro agudiza el clima político
El ministro de Transporte, Roman Starovoit, murió el lunes tras su reciente salida del gabinete. Su fallecimiento, calificado como repentino, tuvo lugar en Kursk, región que él mismo gobernó hasta hace poco. Esta muerte se produjo en medio de un proceso de reestructuración del poder encabezado por Putin, quien ya había retirado a varios altos funcionarios de sus cargos.
Starovoit había sido destituido tan solo días antes. Su salida formaba parte de una ola de remociones dentro del gobierno federal. Su muerte, aún rodeada de interrogantes, ha generado inquietud en distintos sectores. Aunque no se ha detallado la causa oficial del fallecimiento, su impacto político ha sido inmediato.
Putin ordena juicio contra un ex jerarca de Defensa
Paralelamente, Putin ha decidido intensificar su ofensiva interna ordenando el juicio contra Timur Ivanov, exviceministro de Defensa. Ivanov está acusado de aceptar sobornos millonarios. El funcionario fue detenido en abril, pero ahora su caso ha sido elevado formalmente a los tribunales.
Ivanov fue una figura cercana al ministro de Defensa destituido, Serguéi Shoigú. Su caída representa un nuevo golpe contra las estructuras tradicionales del Ministerio de Defensa ruso. La acusación habla de un esquema de corrupción con contratos relacionados con la reconstrucción de infraestructura militar en zonas ocupadas.
El juicio se centrará en delitos de soborno, pero se enmarca en una lucha de poder más amplia. La purga que lleva adelante el Kremlin no solo busca castigar la corrupción, sino también reordenar los ejes de influencia en los sectores clave del gobierno.
Una purga en curso con implicaciones profundas
Desde mayo, cuando comenzó la ola de destituciones, al menos una docena de funcionarios de alto nivel han sido desplazados. Las áreas afectadas incluyen Defensa, Transporte y Finanzas. Estas acciones muestran una clara intención de Putin de consolidar su control en un entorno que, tras más de dos años de guerra, se ha vuelto más inestable.
La estrategia del Kremlin parece enfocarse en debilitar a antiguos aliados y reemplazarlos por cuadros más alineados con la agenda actual. Esta agenda no solo responde a la situación bélica, sino también a un intento por blindar al régimen frente a posibles fracturas internas.
El caso de Starovoit añade dramatismo al proceso. Su fallecimiento ocurre en un momento de alta tensión dentro de la elite política rusa. A ello se suma el impacto que podría tener el juicio de Ivanov sobre otros funcionarios aún en funciones, muchos de los cuales formaban parte del mismo círculo de poder.

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