En una sesión marcada por disturbios y divisiones internas, el Senado aprobó la reforma al Poder Judicial propuesta por el presidente López Obrador, que ahora será evaluada en los congresos locales.
El Senado mexicano aprobó una controversial reforma al Poder Judicial, impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en una sesión plagada de tensión política y disturbios. La votación, realizada en la Antigua Casona de Xicoténcatl, contó con 86 votos a favor y 41 en contra, sin abstenciones. La reforma, que establece la elección popular de jueces y magistrados, incluidos los de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), fue aprobada tanto en lo general como en lo particular.
La aprobación de la reforma representa un importante triunfo para la agenda del presidente López Obrador, quien ha señalado la necesidad de una transformación profunda en el sistema judicial mexicano. Sin embargo, la iniciativa ha generado gran controversia y polarización, tanto dentro del Senado como en la sociedad civil, debido a su potencial impacto en la independencia del Poder Judicial.
Un escenario de caos y protestas
La sesión en el Senado fue precedida por disturbios protagonizados por manifestantes, entre los que se encontraban funcionarios judiciales en huelga y estudiantes, quienes irrumpieron en el edificio en protesta contra la reforma. Los manifestantes lograron llegar hasta el hemiciclo del Senado, interrumpiendo el debate y obligando a suspender temporalmente la sesión. Al grito de consignas como “¡El poder judicial no va a caer!”, los detractores de la reforma se enfrentaron a las autoridades en un intento de bloquear su aprobación.
El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, acusó a la oposición de infiltrar a los manifestantes y describió la irrupción como un “intento de golpe” contra el Legislativo. La sesión fue reanudada horas después en medio de un fuerte dispositivo de seguridad.
Divisiones internas en el Senado y el polémico voto de Yunes
Uno de los momentos más comentados de la jornada fue el voto a favor del senador del PAN, Miguel Ángel Yunes Márquez, quien rompió filas con su partido para apoyar la reforma. Esta decisión generó una fuerte reacción dentro del PAN, cuyo presidente, Marko Cortés, lo calificó de “traidor”. El voto de Yunes Márquez fue crucial para alcanzar la mayoría calificada requerida para la aprobación de la reforma.
El escándalo en torno a Yunes Márquez se intensificó luego de que su padre, el exgobernador de Veracruz, fuera acusado de manipular su voto. A pesar de las críticas, el senador justificó su decisión afirmando que no es un “cobarde ni traidor”, y que su voto refleja una postura de convicción personal.
Próximos pasos: la reforma en los congresos locales
Con la aprobación en el Senado, la reforma al Poder Judicial ahora debe ser ratificada por al menos 17 congresos locales antes de convertirse en ley. Este proceso promete ser igual de conflictivo, ya que varios estados gobernados por la oposición han expresado su rechazo a la iniciativa. Mientras tanto, la sociedad civil, incluidas organizaciones de derechos humanos y académicos, han alzado la voz en contra de la reforma, argumentando que vulnera la independencia judicial y politiza el sistema de justicia.
La irrupción de la protesta social
La movilización de cientos de manifestantes fue un recordatorio del descontento social generado por esta iniciativa. La violencia estalló cuando los manifestantes se enfrentaron a la policía en las inmediaciones del Senado, lo que escaló la tensión dentro del recinto legislativo. A pesar de estos disturbios, la mayoría oficialista de Morena y sus aliados lograron llevar adelante la votación.
Reacciones internacionales y futuro incierto
Organismos internacionales y defensores de los derechos humanos han mostrado su preocupación por la reforma. El Relator Especial de la ONU sobre la independencia de jueces y abogados señaló que la reforma podría debilitar la imparcialidad del Poder Judicial y socavar la confianza en las instituciones mexicanas.
A medida que la iniciativa avanza hacia los congresos locales, la incertidumbre sobre el futuro del sistema judicial mexicano sigue siendo un tema candente en la agenda política nacional. Los críticos continúan advirtiendo sobre las implicaciones a largo plazo de esta reforma y los riesgos para la estabilidad democrática del país.