En una reciente conferencia de prensa, Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta electa de México, abordó los resultados preliminares de las elecciones en Venezuela, donde Nicolás Maduro busca un tercer mandato. Sheinbaum subrayó la importancia de transparentar el conteo de votos y respetar la autodeterminación del pueblo venezolano.
Durante el evento, Sheinbaum fue cuestionada sobre los resultados parciales que otorgan la victoria a Maduro, con el 80% de los votos ya computados. La presidenta electa enfatizó la necesidad de esperar el conteo final antes de hacer conclusiones definitivas, comparando la situación con la vivida en México en 2006, cuando se debatió ampliamente la transparencia electoral. “Es importante siempre transparentar los resultados… hay que esperar también al final del cómputo. Entonces, lo primero es transparencia en el resultado y que se termine de contar,” expresó Sheinbaum.
La presidenta electa también abordó el tema del intervencionismo, un tema polémico en el contexto de las elecciones venezolanas. Destacó que, desde la perspectiva del Movimiento de la Cuarta Transformación, al cual pertenece, no se apoya ninguna forma de intervención extranjera en los asuntos internos de Venezuela. “Venezuela es un país libre, soberano y hay que reconocer la autodeterminación del pueblo de Venezuela,” afirmó, reiterando su postura en contra de las injerencias externas.
Sheinbaum hizo un llamado a la comunidad internacional a esperar los resultados finales antes de emitir juicios sobre el proceso electoral venezolano, en respuesta a un comunicado de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que cuestionaba la transparencia del proceso. “Esta atención internacional que ha habido y el comunicado de la OEA, ya calificando la elección, pues hay que esperarse… y dejar la autodeterminación del pueblo de Venezuela,” concluyó Sheinbaum, subrayando la importancia de un proceso pacífico y sin violencia.
Esta declaración de Sheinbaum se produce en un contexto de creciente escrutinio internacional sobre las elecciones en Venezuela, donde las acusaciones de fraude electoral han sido frecuentes. La presidenta electa se mantuvo firme en su posición de no intervención y transparencia, buscando un equilibrio entre el respeto por la soberanía venezolana y la exigencia de un proceso electoral claro y legítimo.