En un acto de violencia sin precedentes, al menos 40 personas perdieron la vida y más de un centenar resultaron heridas cuando un grupo de individuos armados irrumpió en el interior de la sala de conciertos Crocus City Hall, ubicada en la ciudad de Krasnogorsk, en las afueras de Moscú. El Servicio Federal de Seguridad (FSB) ha confirmado el saldo mortal y ha señalado que se trató de un atentado terrorista.
Según informes preliminares proporcionados por el FSB, los atacantes, vestidos con ropa de camuflaje y portando ametralladoras, ingresaron al recinto y abrieron fuego indiscriminadamente contra los asistentes al concierto. Además de los disparos, se registró una explosión seguida de un incendio, lo que provocó un caos inmediato y escenas de pánico entre el público.
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas a través de su canal de Telegram, calificando el incidente como una “terrible tragedia”. Mientras tanto, las autoridades locales han informado que más de una veintena de personas heridas han sido trasladadas de urgencia a hospitales cercanos, con cuatro de ellas en estado grave.
Los equipos de rescate y las fuerzas de seguridad se movilizaron rápidamente hacia el lugar del suceso. Se desplegaron unidades especiales y antidisturbios para asegurar la zona, mientras los bomberos luchaban contra las llamas y evacuaban a los sobrevivientes, incluso desde el techo del edificio.
La comunidad internacional ha reaccionado con consternación ante el atentado. Rusia ha instado a otros países a condenar enérgicamente el acto de terrorismo. La portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajárova, emitió un llamado a la condena internacional a través de su canal de Telegram.
En tanto, las autoridades ucranianas negaron cualquier implicación en el incidente, mientras que desde Estados Unidos, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, expresó solidaridad con las víctimas y descartó cualquier conexión con ciudadanos ucranianos en el ataque.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha considerado este ataque como un intento de intimidar y desestabilizar la sociedad rusa. En respuesta a la tragedia, las autoridades municipales de Moscú han cancelado todos los eventos de masas programados para el fin de semana, mientras se refuerzan las medidas de seguridad en aeropuertos y estaciones de tren de la capital.
Este devastador suceso en Crocus City Hall ha dejado una profunda huella en la ciudad de Moscú y ha generado un llamado urgente a la solidaridad y la unidad frente al terrorismo. Las investigaciones están en curso para determinar la identidad y los motivos de los perpetradores de este cruel acto contra la vida y la libertad de las personas.