Trump endurece presión con sanciones y advierte a Putin sobre Ucrania
El presidente Donald Trump advirtió que Estados Unidos podría iniciar una guerra económica contra Rusia si Vladímir Putin no acepta un alto el fuego en Ucrania. El mandatario subrayó que las sanciones serían severas y podrían generar un fuerte impacto en la economía rusa.
Advertencia directa desde la Casa Blanca
Trump declaró en el ala este de la Casa Blanca que su gobierno contempla sanciones de gran escala. Aseguró que no se trata de una guerra mundial, pero sí de una guerra económica perjudicial para Moscú.
Desde julio, la administración ha impulsado medidas de presión, entre ellas aranceles de hasta 100% y sanciones secundarias contra países que compren petróleo ruso. Aunque inicialmente fijó un plazo de 50 días, luego lo redujo hasta el 8 de agosto.
El vicepresidente JD Vance indicó que las sanciones siguen sobre la mesa. Confirmó que cada decisión se tomará caso por caso, dejando claro que Washington mantiene abiertas todas las opciones.
Estrategia de presión y concesiones
La política de Trump combina presión y concesiones. Mientras amenaza con sanciones muy graves, también explora acuerdos económicos. Entre ellos, la posible participación de Exxon Mobil en el proyecto Sakhalin-1, ventas de equipos de gas natural licuado y hasta la compra de rompehielos nucleares rusos.
El senador Lindsey Graham respalda esta línea dura con su proyecto de Ley de Sanciones a Rusia de 2025. La norma propone aranceles de hasta 500% contra países que adquieran energía rusa, consolidando el enfoque de máxima presión.
En la cumbre de Alaska del 15 de agosto, Trump dejó abierta la posibilidad de un encuentro con Putin y Volodymyr Zelensky. Reiteró días después que, si no hay avances, Estados Unidos impondrá sanciones masivas o aranceles totales.
Impacto internacional y postura rusa
Estados Unidos también busca apoyo internacional. Envió a Steve Witkoff a Moscú y mantiene diálogo con líderes europeos para construir una estrategia común. Además, explora conversaciones de desnuclearización con Rusia y China como parte de una agenda global.
Para Ucrania, la posición estadounidense resulta ambivalente. Washington ofrece seguridad y apoyo logístico, pero descarta su ingreso en la OTAN como parte de un eventual acuerdo.
Mientras tanto, Putin mantiene firme su rechazo. El Kremlin insiste en condiciones políticas previas y no ha mostrado flexibilidad en su postura. La presión económica será un factor clave, pues Rusia busca aliviar sanciones occidentales mediante proyectos estratégicos como el LNG ártico y Sakhalin-1.
Estados Unidos espera que este escenario lleve a Moscú a depender más de Occidente y menos de China, debilitando así su alianza con Beijing.
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