5 de mayo de 2025
Hollywood enfrenta crisis por nuevas tarifas comerciales de Trump
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de un arancel del 100% a todas las películas producidas fuera del país. La medida busca frenar la “destrucción” de la industria nacional por incentivos extranjeros que alejan las producciones de Hollywood.
Efecto inmediato en la industria cinematográfica
La decisión provocó alarma en el entorno cinematográfico estadounidense. Estudios, distribuidores y trabajadores temen consecuencias económicas inmediatas. No está claro si la medida afectará también a las series o solo a las películas.
Las productoras estadounidenses que filman en otros países podrían verse penalizadas. También podría impactar a plataformas que adquieren títulos producidos en el extranjero. La medida llega en un momento frágil para Hollywood, aún recuperándose tras la pandemia.
La audiencia también podría verse afectada por un posible aumento de precios. Películas con altos costos de importación podrían dejar de exhibirse en cines estadounidenses. Esto limitaría la diversidad y el acceso cultural de los espectadores.
Preocupación internacional y tensiones diplomáticas
Diversos países expresaron inquietud por el nuevo arancel. Gobiernos de Europa y América Latina analizan sus posibles consecuencias comerciales.
La industria global teme represalias que afecten las exportaciones culturales de Estados Unidos. El cine es uno de los sectores más internacionalizados, y una medida así puede generar un efecto dominó.
El anuncio ha sido interpretado por muchos como una estrategia de presión política. Algunos países se plantean revisar acuerdos de coproducción con estudios estadounidenses. Esto pone en riesgo cientos de proyectos en curso.

Retos legales y posible resistencia interna
Expertos legales cuestionan si el presidente tiene autoridad para aplicar este tipo de aranceles. Varias asociaciones del sector están considerando acciones legales.
La industria cinematográfica estadounidense aporta miles de millones en exportaciones. Las empresas temen que esta decisión reduzca su competitividad internacional.
Algunos estudios ya han pausado proyectos en el extranjero a la espera de claridad. Mientras tanto, gremios de actores, técnicos y directores se organizan para manifestar su rechazo.