El presidente electo de EEUU apunta a la expansión territorial como estrategia clave.
En una de sus declaraciones más controvertidas, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha insinuado que podría recurrir a medidas de presión económica o incluso militar para controlar Groenlandia, el Canal de Panamá, e incorporar Canadá como el estado número 51. Durante una conferencia de prensa en su mansión de Mar-a-Lago, en Florida, Trump aseguró que estos territorios son esenciales para los intereses económicos y estratégicos de Estados Unidos, generando un intenso debate internacional.
“Necesitamos Groenlandia y el Canal de Panamá para nuestros intereses económicos”, afirmó Trump al ser cuestionado sobre la posibilidad de acciones concretas para obtener el control de estas regiones. Además, desde su cuenta en Truth Social, el magnate describió a Groenlandia como “un lugar increíble” que beneficiaría tanto a los residentes locales como a los ciudadanos estadounidenses si llegase a formar parte de la nación norteamericana.
Groenlandia: entre la compra y la presión
El interés de Trump por Groenlandia no es nuevo, pero sus declaraciones han escalado en intensidad. En un movimiento que ha llamado la atención de expertos internacionales, Donald Trump Jr., hijo mayor del presidente electo, realizó una visita no anunciada al territorio ártico. Aunque presentó el viaje como “turístico”, su comitiva incluyó a más de veinte personas, lo que levantó suspicacias sobre el propósito real de la visita.
EEUU mantiene una base militar estratégica en la isla, crucial para las operaciones en el Ártico y el control sobre las rutas comerciales del Polo Norte. Según analistas, la intención de comprar Groenlandia o ejercer presión sobre Dinamarca podría alterar el equilibrio diplomático en la región. “Es un acuerdo que debe hacerse”, aseguró Trump en redes sociales, reforzando su determinación.
El Canal de Panamá: una infraestructura en disputa
En cuanto al Canal de Panamá, Trump criticó duramente la transferencia de control realizada por el expresidente Jimmy Carter, fallecido recientemente. Durante su mandato, Carter negoció tratados que culminaron en 1999 con la entrega del canal al país centroamericano. Según Trump, esta decisión fue “un gran error” que ha permitido que China ejerza una creciente influencia sobre la infraestructura.
“El Canal de Panamá fue construido para nuestro Ejército”, declaró el presidente electo, cuestionando el manejo actual de la vía marítima y sugiriendo que podría revertir el control tras su investidura. Aunque no detalló cómo lograría que Panamá ceda su soberanía, Trump reiteró: “Tendremos que hacer algo”.
Canadá: el estado 51
En un giro inesperado, Trump también planteó que Canadá debería unirse a Estados Unidos como un estado adicional. En un mensaje en Truth Social, el mandatario electo aseguró que esta unión beneficiaría económicamente a ambas naciones y mejoraría la seguridad ante “la amenaza de barcos rusos y chinos”.
La propuesta, que inicialmente pareció una broma, se ha repetido con seriedad en varias ocasiones, generando tensiones con Canadá. Según Trump, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, “sabía esto” y por ello anunció su dimisión. Aunque la afirmación carece de fundamento, los comentarios del magnate han encendido las alarmas en Canadá, cuyo gobierno ha reafirmado su compromiso con la soberanía nacional.
Reacciones internacionales
Las propuestas de Trump han generado rechazo inmediato tanto en Canadá como en Panamá y Dinamarca. Expertos internacionales señalan que la anexión o control de estos territorios violaría principios fundamentales del derecho internacional. Por su parte, el gobierno de Panamá calificó las declaraciones como “inadmisibles”, mientras que los políticos daneses han reiterado que Groenlandia no está a la venta.
En Canadá, la idea de convertirse en el estado 51 ha provocado una ola de críticas en redes sociales y declaraciones contundentes de líderes políticos. “Nuestra soberanía no está en discusión”, aseguró un portavoz del gobierno canadiense.
Aunque las intenciones de Trump han sido recibidas con escepticismo y rechazo, sus declaraciones no dejan de destacar el enfoque poco convencional del mandatario hacia las relaciones internacionales y su visión de la política exterior.