El Presidente de Ecuador, Jorge Rodríguez, ha expresado su disposición para resolver las diferencias diplomáticas con México, pero ha enfatizado que la justicia no está sujeta a negociaciones. Esta declaración surge en medio de una creciente tensión entre ambos países tras la detención en México de un alto funcionario ecuatoriano acusado de corrupción.
En una conferencia de prensa celebrada hoy en la capital ecuatoriana, Rodríguez se dirigió a los medios de comunicación y al público en general para abordar la situación que ha generado fricciones entre las dos naciones latinoamericanas.
Las tensiones entre Ecuador y México alcanzaron su punto álgido después de que las autoridades mexicanas arrestaron al exministro de Energía ecuatoriano, Raúl Mendoza, bajo cargos de corrupción relacionados con un contrato de suministro de petróleo. La detención provocó una reacción airada por parte del gobierno ecuatoriano, que la calificó de “injustificada” y exigió la liberación inmediata de Mendoza.
Sin embargo, México ha defendido su acción, argumentando que están comprometidos con la lucha contra la corrupción y que están siguiendo los procedimientos legales establecidos en su territorio.
Ante esta situación, Rodríguez ha convocado a su equipo de asesores legales y diplomáticos para estudiar todas las opciones disponibles y buscar una solución que resguarde los intereses de Ecuador sin comprometer su integridad judicial.
El presidente ecuatoriano ha reiterado su respeto por la soberanía de México y ha expresado su esperanza de que ambos países puedan resolver este desacuerdo de manera pacífica y constructiva.
Las próximas semanas serán clave para determinar el rumbo de las relaciones entre Ecuador y México, mientras la comunidad internacional observa de cerca los desarrollos y espera una resolución que preserve la estabilidad en la región.
