Fernando Valenzuela, quien revolucionó el béisbol con la “Fernandomanía” y dejó un legado imborrable con los Dodgers, falleció a los 63 años. Su estilo único y su impacto cultural transformaron el deporte y la comunidad latina en EE.UU.
El legado de Fernando Valenzuela: un ícono del deporte y la cultura
Fernando Valenzuela, el legendario lanzador mexicano que conquistó al mundo con su carisma y habilidad, falleció a los 63 años, según confirmaron los Dodgers de Los Ángeles, el equipo donde forjó su carrera más destacada. La noticia ha conmocionado al mundo del béisbol y ha dejado un vacío en la comunidad latina que lo consideraba un héroe dentro y fuera del campo.
El equipo había anunciado previamente que Valenzuela se alejaría de la cabina de transmisión de los Dodgers por el resto de la temporada 2024 para concentrarse en su salud, lo que generó preocupación entre sus seguidores. Finalmente, la triste noticia llegó pocos días antes de la postemporada de los Dodgers, poniendo fin a la vida de una figura que marcó una era.
De Sonora a la grandeza
Valenzuela, oriundo del pequeño pueblo de Etchohuaquila, en Sonora, México, fue el menor de 12 hijos y superó todas las expectativas para convertirse en uno de los jugadores más icónicos de las Grandes Ligas. Conocido por su movimiento de lanzamiento único y su temple en el montículo, Fernando conquistó a fanáticos de todo el mundo, especialmente a la comunidad latina en Estados Unidos, que encontró en él una fuente de orgullo y representación.
Su camino hacia la fama comenzó de manera inesperada en 1981, cuando el manager de los Dodgers, Tommy Lasorda, lo nombró como el abridor del Día Inaugural. Ante la incredulidad de muchos, el joven de 20 años con apenas 17 entradas lanzadas en las Grandes Ligas, fue lanzado a la titularidad contra los campeones defensores de la National League West, los Houston Astros. Valenzuela no solo cumplió, sino que deslumbró, lanzando un juego completo de cinco hits sin carreras, llevando a su equipo a la victoria por 2-0 frente a una multitud que quedó atónita por su dominio.
El fenómeno de la “Fernandomanía”
Este impresionante debut fue solo el inicio de lo que sería la “Fernandomanía”, un fenómeno cultural que trascendió el deporte. Durante los primeros meses de esa temporada, Valenzuela se convirtió en una sensación internacional al ganar sus primeras ocho aperturas, cinco de ellas sin permitir carreras. Su carisma, combinado con su dominio en el montículo, lo convirtieron en un ídolo no solo para los seguidores de los Dodgers, sino para millones de aficionados al béisbol alrededor del mundo.
El legado de Valenzuela se consolidó ese mismo año, cuando se convirtió en el único jugador en la historia de la MLB en ganar el Premio Cy Young y el Premio al Novato del Año en la misma temporada. Su impacto fue mucho más allá de los números: Valenzuela se convirtió en un símbolo de esperanza para la comunidad latina, que lo veía como una inspiración en un momento en que pocas figuras de origen latino tenían tal protagonismo en el deporte estadounidense.
Más que un jugador, un ícono cultural
El impacto de Valenzuela en la cultura deportiva de Los Ángeles fue monumental. Bajo su influencia, la comunidad latina se volcó masivamente al Dodger Stadium, adoptando a los Dodgers como su equipo y creando una nueva atmósfera en los juegos. Se escuchaba música de mariachi en el estadio, y los fanáticos se presentaban vestidos con camisetas de Valenzuela. La audiencia de las transmisiones en español se duplicó y las estaciones de radio que emitían los juegos de los Dodgers pasaron de tres a 17.
Como reconoció el legendario locutor Vin Scully, ver jugar a Valenzuela era “una experiencia religiosa”, y para muchos fanáticos lo fue. Valenzuela no solo era un jugador, sino un puente entre culturas, un embajador del béisbol que abrió las puertas a futuras generaciones de jugadores latinos.
Una carrera llena de logros
A lo largo de sus 17 años en la MLB, Valenzuela fue seis veces seleccionado al Juego de Estrellas y terminó su carrera con más de 2,000 ponches y 173 victorias en la temporada regular. Jugó 11 temporadas con los Dodgers, pero también pasó por otros equipos como los California Angels, St. Louis Cardinals, Philadelphia Phillies, Baltimore Orioles y San Diego Padres.
Sus mejores momentos en el montículo incluyen su temporada de 1986, cuando registró 21 victorias, incluidos 20 juegos completos. Sin embargo, en 1991, su vínculo con los Dodgers llegó a su fin de manera abrupta, cuando fue despedido durante los entrenamientos de primavera. Valenzuela continuó jugando para otros equipos hasta su retiro en 1997.
Un legado eterno
Después de su retiro, Valenzuela se mantuvo cerca del deporte, narrando los juegos de los Dodgers en español desde 2003 junto a su antiguo intérprete, Jaime Jarrín. Su voz y su presencia continuaron siendo parte fundamental de la experiencia de los fanáticos de los Dodgers hasta 2023, cuando el equipo decidió retirar su icónico número 34, un honor que normalmente solo se concede a los miembros del Salón de la Fama.
Fernando Valenzuela deja tras de sí un legado inmenso, no solo por sus logros deportivos, sino por el impacto cultural y social que tuvo en el béisbol y en la comunidad latina en los Estados Unidos. Le sobreviven su esposa, Linda, y sus cuatro hijos.