El cumplimiento de la Agenda 2030 en el transporte público de México atraviesa por cinco desafíos: planeación, financiamiento, disposición entre los propios operadores para resolver sus diferencias, un trato distinto de las autoridades hacia ellos, para que dejen de verlos como subalternos o de amenazarlos con quitarles la concesión si no acatan sus disposiciones y, finalmente, formación de cuadros humanos capaces de aplicar nuevos reglamentos, como la Ley general de movilidad y seguridad vial.
En el marco de la próxima realización del 15º Congreso Internacional de Transporte (15CIT) que organiza la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), denominado en esta ocasión “La ruta del cambio al 2030” para alinearlo con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), uno de los cuales advierte sobre los peligros del cambio climático a nivel global, Ángel Molinero, especialista que ha abordado este tema por más de 50 años, creador de varios textos sobre el asunto, señaló y explicó cada uno de estos desafíos.
En primer lugar, dijo, es necesario que las autoridades dejen de tomar decisiones con base en modas y lo hagan a partir de planes que resuelvan de forma correcta la realidad que viven. En este punto, explicó que, por ejemplo, autoridades municipales deben llevar a cabo un análisis detallado, en lugar de optar por transporte BRT o cablebuses, sólo porque es lo que se adoptó en la Ciudad de México.
A continuación, recomendó la creación de cuadros humanos adecuados para aplicar las nuevas legislaciones. Ocurre, añadió, que en algunas ciudades no tienen ni siquiera las personas adecuadas para aplicar, por ejemplo, la Ley general de movilidad y seguridad vial.
Acerca de los operadores y las autoridades, explicó que en todos los lugares los problemas son los mismos: primero los transportistas no se ponen de acuerdo para convertirse en empresas y dejar de ofrecer servicio como hombre camión, y las autoridades no les dan el trato que corresponde a un empresario, sino que los tratan como subalternos y los amenazan con quitarles las concesiones si no acatan sus disposiciones, algunas tan complicadas como tener que cambiar las rutas u ofrecer servicio con menos unidades.
Finalmente, señaló que el financiamiento es imprescindible para echar a andar cualquier proyecto, por lo que resulta fundamental prever primero de dónde provendrán los recursos y si se trata de un negocio redituable.
Para Ángel Molinero, autor del libro Conceptos de transporte urbano. Infraestructura y equipos, editado por la AMTM, el escenario para 2030 será necesariamente mejor que en la actualidad, ya que se observa una tendencia hacia el cambio. Sin embargo, sostuvo que inicialmente se había pensado impulsar estos cambios entre 1980 y 1990, pero no fue posible.
El especialista consideró que la organización del 15CIT, “La ruta del cambio al 2030”, contribuye al entendimiento entre las partes y es una herramienta que a lo largo de sus anteriores ediciones ha logrado permear tanto en la mente de los operadores, como en las autoridades y demás miembros del sector.
El 15º Congreso Internacional de Transporte “La ruta del cambio al 2030”, al que asistirán especialistas nacionales e internacionales, miembros de la academia, empresas armadoras, operadores, dirigentes de diversas asociaciones vinculadas al sector, estudiantes y público en general, se llevará a cabo del 18 al 20 de abril del año en curso, en el Centro Cultural Jaime Torres Bodet, ubicado en la Unidad Profesional Adolfo López Mateos del Instituto Politécnico Nacional (IPN), en Zacatenco.