La presidenta elogió a López Obrador, destacando su legado histórico y llamándolo “el mejor presidente de México”. Durante su discurso inaugural, mostró gratitud hacia su predecesor.
En su primer discurso como presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo rindió un emotivo homenaje a su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, durante la ceremonia de investidura en la Cámara de Diputados. La mandataria, quien asumió el cargo tras su victoria en las elecciones del pasado 2 de junio, aprovechó la ocasión para destacar la trayectoria de López Obrador y su impacto en la historia reciente del país.
Sheinbaum, visiblemente emocionada, ofreció unas palabras llenas de reconocimiento y admiración hacia quien fuera su compañero de partido y mentor político. “Hoy lo decimos con certeza y sin temor a equivocarnos: la historia y el pueblo lo han juzgado”, afirmó. “Andrés Manuel López Obrador: uno de los grandes, el dirigente político y luchador social más importante de la historia moderna, el presidente más querido”.
El discurso de la nueva presidenta no solo fue un reconocimiento al legado de López Obrador, sino también un reflejo de la continuidad en la agenda política que ambos representan. Al calificarlo como “el mejor presidente de México”, Sheinbaum lo comparó con figuras icónicas como Lázaro Cárdenas, exmandatario conocido por sus políticas de nacionalización y reformas sociales.
La relación entre Sheinbaum y López Obrador ha sido de cercanía desde sus días en la Ciudad de México, cuando ella fungió como jefa de Gobierno y él como presidente. En sus palabras, Sheinbaum destacó el “amor del pueblo” hacia López Obrador, un reconocimiento que, según ella, él siempre rehuyó. “Aunque a él no le gusta que se lo digan, es el mejor presidente de México”, aseguró con firmeza.
El evento marcó un hito tanto en la vida política de Sheinbaum como en la de López Obrador, quien concluyó su mandato el día anterior, cerrando así un ciclo de seis años. Para muchos analistas políticos, las palabras de Sheinbaum no solo reflejan su admiración personal, sino también su compromiso con la continuidad de los ideales y proyectos que López Obrador impulsó durante su administración.
La ceremonia de investidura, cargada de simbolismo, se desarrolló ante la presencia de figuras políticas nacionales e internacionales, en un ambiente de expectativa por el nuevo capítulo que comienza en México bajo la administración de Sheinbaum. Los retos de su gobierno se vislumbran considerables, pero su mensaje hacia López Obrador sirvió para subrayar la unidad y la dirección que espera seguir en los próximos años.
La despedida de Sheinbaum a López Obrador no solo fue un gesto de afecto personal, sino también una declaración política que muchos interpretan como un compromiso de mantener viva la “Cuarta Transformación”, un proyecto que ambos han promovido a lo largo de los últimos años.
Con la banda presidencial sobre sus hombros, Sheinbaum finalizó su discurso con una frase que resonó en el recinto legislativo: “Hasta siempre, hermano, amigo y compañero”, un claro mensaje de lealtad y gratitud hacia quien, en sus palabras, es uno de los grandes líderes de la historia moderna de México.