En su primer discurso como presidenta, Sheinbaum reivindicó el término “presidenta” y honró a las mujeres que lucharon por alcanzar altos cargos en la vida pública y política del país.
Este 1 de octubre, Claudia Sheinbaum Pardo rindió protesta como la primera mujer presidenta de México en una histórica ceremonia realizada en el Congreso de la Unión, donde, por primera vez, el equilibrio de género es total: 250 legisladoras y 250 legisladores presenciaron el acto solemne. En su primer día al frente del Poder Ejecutivo, Sheinbaum pronunció un discurso que duró poco más de 40 minutos, centrado en el papel de las mujeres en la historia de México, el respeto a los pueblos indígenas y el compromiso de garantizar todas las libertades.
Tras recibir la investidura de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, Sheinbaum destacó la importancia de ser reconocida como “presidenta”, con “A”, subrayando la necesidad de reconocer los avances que las mujeres han conseguido a lo largo de la historia.
“Después de al menos 503 años, por primera vez llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra amada nación; y digo llegamos porque no llegué sola, llegamos todas”, declaró con énfasis en su mensaje, el cual fue aplaudido por la Mesa Directiva de San Lázaro.
Un discurso que reivindica a las mujeres en la historia de México
El mensaje de Sheinbaum no solo subrayó su compromiso con el feminismo, sino que también envió un claro reconocimiento a todas aquellas mujeres que han luchado desde el anonimato por la igualdad de género.
“Hoy quiero reconocer a todas las heroínas anónimas, a las que con nuestra llegada a la presidencia hago aparecer. A las que lucharon por sus sueños y lo lograron; a las que lucharon y no lo lograron. Llegan las que pudieron alzar la voz y las que no pudieron. Llegan las que han tenido que callar y luego gritaron a solas”, manifestó Sheinbaum, visiblemente conmovida.
La presidenta hizo referencia a las mujeres indígenas, trabajadoras del hogar, bisabuelas analfabetas, y las mujeres que desde la soledad encontraron fortaleza. En este emotivo segmento, Sheinbaum recordó que muchas de estas mujeres nunca tuvieron la oportunidad de soñar con alcanzar posiciones de poder, y hoy su llegada a la presidencia marca un antes y un después en la historia de México.
El uso del término “presidenta”: una lucha por visibilizar a las mujeres
Desde el pasado 2 de junio, Sheinbaum ha defendido públicamente la necesidad de ser reconocida como “presidenta”, argumentando que el lenguaje debe reflejar la inclusión y visibilidad de las mujeres en todas las áreas, especialmente en los cargos de poder.
“Durante mucho tiempo, las mujeres fuimos anuladas. A muchas de nosotras nos contaron desde pequeñas una versión de la historia, que nos quería hacer creer que el curso de la humanidad era protagonizado únicamente por hombres. Poco a poco, esa visión se ha ido revirtiendo”, expresó. Asimismo, hizo una invitación a usar la forma femenina en los cargos de poder, tal y como se hace con profesiones como “doctora”, “ingeniera” o “abogada”, destacando que “solo lo que se nombra, existe”.
Este pronunciamiento no solo resalta el compromiso de Sheinbaum con la igualdad de género, sino que también busca afianzar un cambio cultural más amplio, en el que las mujeres se vean reflejadas y reconocidas en todos los ámbitos de la vida pública.
Compromisos clave en su mandato
Más allá de la reivindicación feminista, Sheinbaum también se refirió a temas esenciales para su administración, como el respeto a los pueblos indígenas, la ampliación de libertades y la renuncia a cualquier intención de militarizar el país. En este sentido, aseguró que su gobierno no buscará fortalecer la presencia de las Fuerzas Armadas en la vida civil, comprometiéndose a seguir los principios de pacificación y desarrollo social que han marcado el último sexenio.
Claudia Sheinbaum finalizó su intervención haciendo un llamado a la unidad nacional y asegurando que su gobierno trabajará por todos los mexicanos, sin distinción de género, etnia o clase social. Con este mensaje, se dio inicio a una nueva etapa en la política mexicana, marcada por la histórica llegada de una mujer a la presidencia de la República.