EE.UU. exhorta a Corea del Norte a cesar hostilidades tras destrucción de infraestructura fronteriza

Washington instó a Pyongyang a detener acciones que agraven tensiones en la península coreana. Japón comparte preocupación por una posible escalada militar.

Este martes, el gobierno de Estados Unidos urgió al régimen de Kim Jong-un a cesar sus hostilidades hacia Corea del Sur, después de que la dictadura comunista destruyera carreteras y vías férreas en la zona fronteriza entre ambos países. Las explosiones, que según fuentes surcoreanas buscan bloquear la frontera de manera definitiva, han generado preocupación internacional y elevan el riesgo de una escalada militar en la región.

“Estamos siguiendo de cerca la situación en estrecha coordinación con nuestros aliados en Corea del Sur”, señaló Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado, durante una rueda de prensa. Washington instó a Pyongyang a retomar el camino del diálogo y la diplomacia para evitar un posible enfrentamiento. “Alentamos a Corea del Norte a volver al diálogo”, agregó el portavoz.

La preocupación por una posible escalada no solo proviene de Estados Unidos. Japón también manifestó inquietud ante las recientes acciones de Corea del Norte. Kazuhiko Aoki, subsecretario del gabinete japonés, advirtió desde Tokio que es crucial evitar que estas provocaciones desencadenen una situación incontrolable. “Es fundamental que estas actividades no provoquen una escalada”, afirmó Aoki.

Corea del Sur responde a las provocaciones de Pyongyang

La dictadura de Kim Jong-un ha intensificado sus provocaciones contra Corea del Sur en los últimos meses. El ejército surcoreano denunció la colocación de minas y barreras antitanque en la frontera, así como el uso de globos cargados con basura enviados al territorio del Sur. Estas acciones son vistas como parte de una estrategia para cortar definitivamente los lazos entre ambos países, que técnicamente siguen en guerra desde la firma del armisticio en 1953.

Ante esta situación, el ejército surcoreano ha llevado a cabo “operaciones de tiros de respuesta” cerca de la línea divisoria, elevando las tensiones en la península. Además, Seúl ha reanudado ejercicios militares con fuego real, y ha reinstalado las transmisiones de propaganda por altavoces, una medida que no se utilizaba desde hace seis años.

En una reunión de seguridad celebrada el lunes, Kim Jong-un denunció lo que calificó como una “grave provocación” por parte de Corea del Sur, alegando incursiones de drones en territorio norcoreano. Estas acusaciones fueron rápidamente rechazadas por Seúl, que ha pedido calma en medio de la escalada de tensiones. Sin embargo, Kim ordenó el desarrollo de un plan de “acción militar inmediata” contra el Sur, según informó la prensa estatal de Corea del Norte.

Colaboración militar entre Corea del Norte y Rusia agrava la tensión

A las tensiones regionales en la península coreana se suman los informes de una creciente colaboración militar entre Corea del Norte y Rusia. Según fuentes de inteligencia ucraniana, Rusia está planeando integrar a unos 3.000 soldados norcoreanos en su Brigada Aerotransportada Buriatia, que opera en la región de Kursk, cerca de la frontera con Ucrania. Esta medida respondería a las numerosas bajas que ha sufrido el ejército ruso en su ofensiva contra Kiev.

Volodimir Zelensky, presidente de Ucrania, denunció la participación de Corea del Norte en el conflicto, señalando que Pyongyang ya ha enviado misiles a Rusia, utilizados en ataques contra Ucrania. “Rusia pretende involucrar realmente a Corea del Norte en su esfuerzo de guerra”, advirtió Zelensky, instando a la comunidad internacional a tomar medidas contundentes en respuesta a esta cooperación.

Contexto de las tensiones en la península coreana

Las tensiones en la península de Corea no son nuevas, pero la situación ha empeorado en los últimos años, con un aumento significativo en las pruebas de misiles balísticos por parte de Pyongyang. Corea del Norte justifica estos ensayos como una advertencia ante las maniobras militares conjuntas entre Corea del Sur y Estados Unidos, que Pyongyang percibe como preparativos para una invasión.

A pesar del fin formal de la Guerra de Corea en 1953, el conflicto nunca concluyó con un tratado de paz, lo que deja a ambas naciones en un estado técnico de guerra. Las recientes acciones de Corea del Norte, sumadas a su cooperación con Rusia en la guerra de Ucrania, han incrementado las preocupaciones de una posible escalada militar en la región, que podría tener consecuencias globales.