En medio de la tensión por la reforma a la Guardia Nacional, el Senado suspende visitas y limita el acceso ciudadano al recinto, priorizando la seguridad y la inviolabilidad del espacio legislativo.
En una decisión que ha desatado controversia, Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva del Senado, ordenó restringir el acceso a ciudadanos que no pertenezcan al personal interno o a enlaces legislativos. La medida se anunció en la víspera de debates clave, incluyendo la propuesta de reforma a la Guardia Nacional, que busca su adscripción a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
La disposición, enmarcada en el artículo 61 de la Constitución Política de México y el artículo 310 del Reglamento del Senado, fue difundida en un comunicado la noche del lunes 23 de septiembre. El texto destaca que la decisión tiene como objetivo “garantizar el desarrollo libre y seguro de las sesiones ordinarias” y, en consecuencia, suspende el acceso a la ciudadanía que no labore dentro del Senado.
Este anuncio se produce tras incidentes recientes que han aumentado las preocupaciones por la seguridad en el recinto legislativo. En particular, el presidente de la Mesa Directiva mencionó un altercado en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), donde afirma haber sido agredido. Asimismo, el recuerdo del portazo que realizaron trabajadores del Poder Judicial semanas atrás, obligando a sesionar en sedes alternas, parece haber sido un factor crucial en la adopción de esta nueva política de seguridad.
Reacciones divididas en la sociedad
El cierre del acceso ha generado posturas polarizadas. Mientras algunos sectores respaldan las medidas de seguridad, otros han expresado su inconformidad ante lo que consideran una limitación injustificada del acceso ciudadano a un espacio que, en su opinión, debería estar abierto al escrutinio público. Voces críticas, en particular, señalan que esta decisión es reflejo de una postura autoritaria y alejada del diálogo, acusando a Morena y sus aliados de cerrar las puertas a la participación ciudadana en temas cruciales para el país.
“Es inaceptable que un lugar que debería representar a todos los mexicanos, ahora se cierre a su propio pueblo”, señalaron algunos activistas en redes sociales. Otros, en contraste, consideran que las medidas son razonables en un contexto donde la seguridad del recinto y de los legisladores debe ser prioritaria.
El impacto de esta medida no se limita únicamente a las sesiones legislativas, ya que también se han suspendido las visitas guiadas y los eventos que regularmente permiten la presencia de ciudadanos en las instalaciones del Senado. Esta decisión marca una ruptura significativa en la dinámica habitual de apertura hacia el público que caracterizaba a la Cámara Alta.
Un contexto de debate intenso sobre la Guardia Nacional
En este ambiente tenso, el Senado se prepara para discutir la reforma a la Guardia Nacional, una de las iniciativas más debatidas del actual periodo legislativo. La noche del lunes, las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos aprobaron la propuesta con 25 votos a favor y 10 en contra, estableciendo un escenario de discusión aún más álgido en el Pleno.
La reforma, que pretende incorporar la Guardia Nacional a la Sedena, ha generado fuertes divisiones entre los partidos. Morena, junto con sus aliados del PT y el PVEM, votó a favor del dictamen, mientras que la oposición, conformada por PRI, PAN y MC, lo hizo en contra. A pesar de que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, había sugerido que el PRI apoyaría la iniciativa en el Pleno, esta postura no se reflejó durante la votación en comisiones.
La iniciativa ha suscitado críticas entre aquellos que temen que la medida militarice aún más la seguridad pública en México. Creada en 2019 con un mando civil, la Guardia Nacional se ha convertido en una pieza clave en la estrategia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para combatir la creciente violencia en el país. Sin embargo, sus detractores advierten que adscribirla a la Sedena podría consolidar un enfoque militarizado en temas de seguridad, con consecuencias preocupantes para el respeto de los derechos humanos y las libertades civiles.
Por otro lado, quienes defienden la reforma sostienen que es una respuesta necesaria ante los desafíos de seguridad que enfrenta el país. Argumentan que la Guardia Nacional necesita contar con una estructura más robusta y capacidades operativas ampliadas, algo que la Sedena puede proporcionar, para hacer frente al crimen organizado de manera más efectiva.
Próximos debates y movilizaciones
La reforma a la Guardia Nacional no es el único tema de peso en la agenda del Senado. Este martes, se discutirá una reforma constitucional en materia de derechos de pueblos indígenas y afromexicanos, mientras que la votación sobre la Guardia Nacional está programada para el miércoles. Sin embargo, no habrá sesión el jueves, debido a las movilizaciones planeadas por el décimo aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, un evento que sigue siendo una herida abierta en la sociedad mexicana.
La confluencia de estos temas, junto con las recientes restricciones de acceso al Senado, refleja un ambiente de alta tensión política en el país, donde la seguridad, los derechos civiles y la militarización de las fuerzas de seguridad se han convertido en puntos de inflexión para la discusión pública y el debate legislativo.