Imágenes virales mostrando la supuesta caída del Ángel de la Independencia causaron alarma. Sin embargo, todo resultó ser parte de una filmación cinematográfica.
Este martes 22 de octubre, las redes sociales se llenaron de pánico tras la difusión de imágenes que parecían mostrar la caída del Ángel de la Independencia, uno de los monumentos más emblemáticos de la Ciudad de México. En las fotografías y videos, que rápidamente se volvieron tendencia, se veía lo que parecía ser una réplica dañada de la icónica estatua. Usuarios de Twitter y Facebook lamentaron lo que, en un principio, parecía ser un accidente catastrófico, mientras otros desconfiaban de la autenticidad del material, sugiriendo que podría haber sido manipulado por inteligencia artificial.
A lo largo de la mañana, diversas teorías circularon en redes, algunas especulando sobre posibles daños al monumento y otras exigiendo explicaciones oficiales. Las imágenes mostraban una figura dorada caída en las escalinatas del Ángel de la Independencia, sin cabeza, mientras varias personas resguardaban el área. Esto generó una oleada de preocupación entre los capitalinos, quienes recuerdan con claridad el daño sufrido por el Ángel tras el terremoto de 1957, cuando la figura fue derribada.
Sin embargo, todo se trató de una broma cruel o, más bien, de una confusión. La realidad detrás de las imágenes es mucho más simple: la escena formaba parte de una filmación cinematográfica dirigida por José Manuel Cravioto. En declaraciones a medios de comunicación, el director explicó que las imágenes correspondían a una película en la que se recrea un evento histórico de 1957, cuando el Ángel de la Independencia cayó durante un terremoto.

“Estamos reproduciendo un momento histórico del año 1957 cuando el Ángel cayó tras un temblor. El personaje principal de la película toma fotos de este acontecimiento, algo central para la trama”, explicó Cravioto en una entrevista con Multimedios, disipando los rumores y la preocupación generada.
El equipo de producción utilizó una réplica del famoso monumento para recrear el suceso, y, pese a la alarma inicial, el verdadero Ángel de la Independencia no sufrió ningún daño. El monumento, ubicado en el corazón de Paseo de la Reforma, permanece resguardado por vallas que bloquean el acceso de turistas debido a la filmación. Aún no se ha precisado cuándo se retirarán estas barreras, pero se confirmó que no hay daños estructurales o visuales en la estatua real.
Este tipo de incidentes pone en evidencia el impacto de las redes sociales en la generación de alarmas masivas. La velocidad con la que se compartieron las imágenes del supuesto Ángel derrumbado revela cómo un evento simulado puede desencadenar preocupación en toda una ciudad sin que existan pruebas inmediatas que verifiquen la veracidad de la información. Varios periodistas y medios de comunicación se sumaron a la difusión de la noticia sin confirmar la autenticidad de los reportes, amplificando el alcance del rumor.
En cuanto al verdadero Ángel de la Independencia, su historia se remonta a principios del siglo XX, cuando el entonces presidente Porfirio Díaz decidió conmemorar el Centenario de la Independencia de México. El monumento, diseñado por el arquitecto Antonio Rivas Mercado, fue erigido como un símbolo del triunfo del país sobre el dominio español y la modernización bajo el régimen de Díaz. A lo largo de los años, el Ángel ha sido testigo de importantes eventos históricos y sociales, convirtiéndose en un ícono de la capital mexicana.
El Ángel ha resistido sismos y eventos históricos que lo han marcado físicamente, como el terremoto de 1957, en el que la estatua dorada se desprendió de su base, cayendo al suelo. Fue restaurado y colocado nuevamente en su pedestal, convirtiéndose en un símbolo de la resiliencia de México. Hoy, gracias a las aclaraciones hechas por la producción cinematográfica, se confirma que no ha sufrido ningún daño y que la alarma fue infundada.
Las autoridades no han reportado incidentes derivados de la filmación y el monumento sigue bajo resguardo por medidas de seguridad. Sin embargo, la rapidez con la que se viralizó este suceso demuestra la capacidad de las redes sociales para difundir información sin filtros, algo que debe ser tomado en cuenta tanto por medios de comunicación como por el público en general.