En una jornada marcada por la tragedia, un ataque masivo con misiles lanzado por Rusia ha dejado al menos 32 muertos en varias ciudades ucranianas, incluyendo la capital, Kiev. Entre las infraestructuras destruidas se encuentra el Hospital Infantil Okhmatdyt, el mayor centro pediátrico de Ucrania, situado en el distrito de Shevchenko. El impacto directo de un misil ruso destruyó uno de los edificios del hospital y causó daños significativos en otras áreas del centro médico, resultando en la muerte de dos trabajadores y heridas a siete personas, incluidos varios niños.
La ofensiva ha provocado una ola de condena internacional. El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, calificó los ataques como una muestra de la “despiadada” estrategia rusa contra civiles ucranianos. “Rusia sigue fijando como objetivo despiadadamente a los civiles ucranianos. Los ataques aéreos de hoy han matado o herido a docenas, y destruido el mayor hospital infantil de Kiev, Okhmatdyt”, escribió Borrell en su perfil de la red social X. Añadió que Ucrania necesita defensa aérea “ahora” y enfatizó que “todos los responsables de los crímenes de guerra rusos tendrán que rendir cuentas”.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó su horror ante los ataques, calificándolos como “particularmente chocantes”. Su portavoz, Stephane Dujarric, transmitió el mensaje de Guterres, quien subrayó la urgencia de proteger a los civiles y asegurar que los perpetradores de tales atrocidades enfrenten la justicia.
Antonio Tajani, ministro italiano de Asuntos Exteriores y vicepresidente del Gobierno, también se sumó a las condenas: “Estoy impresionado por las imágenes de los bombardeos en Kiev, con los que también se ha alcanzado un hospital pediátrico. Crímenes de guerra que deben ser condenados por toda la comunidad internacional”. Tajani reafirmó el compromiso de Italia con la defensa de la soberanía de Ucrania y su pueblo.
El canciller alemán Olaf Scholz y su ministro de Sanidad, Karl Lauterbach, expresaron el apoyo inquebrantable de Alemania a Ucrania. Lauterbach anunció que Alemania está preparada para acoger a niños ucranianos heridos, con un vuelo de rescate programado para el miércoles. “Vladímir Putin ha vuelto a demostrar que es un criminal de guerra al atentar contra un hospital infantil”, afirmó Lauterbach.
Desde los Países Bajos, el nuevo ministro de Defensa, Ruben Brekelmans, calificó de “cobarde” el ataque y reafirmó su compromiso de entregar rápidamente sistemas de defensa aérea y aviones de combate a Ucrania. La primera ministra estonia, Kaja Kallas, quien próximamente asumirá el cargo de Alta Representante de la Comisión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, también condenó enérgicamente el ataque y destacó la necesidad de que los criminales de guerra rusos rindan cuentas.
El presidente lituano Gitanas Nauseda y su homólogo letón Edgars Rinkēvičs, así como la primera ministra letona Evika Siliņa, subrayaron la necesidad de aumentar el apoyo militar a Ucrania y garantizar que Rusia comprenda las consecuencias de sus acciones. La ministra belga de Exteriores, Hadja Lahbib, expresó su profunda conmoción por el ataque y reafirmó el apoyo inquebrantable de Bélgica a Ucrania, especialmente en vísperas de la cumbre de la OTAN en Washington.
Este ataque brutal ocurre en un momento crítico, justo antes de la cumbre de la OTAN, donde se debatirá el continuo apoyo militar a Ucrania. La destrucción del Hospital Infantil Okhmatdyt ha conmocionado al mundo y ha llevado a centenares de residentes de Kiev a movilizarse para ayudar en las labores de desescombro y apoyo a las víctimas, trasladando a los pacientes a otros centros médicos.
La comunidad internacional se enfrenta ahora al desafío de responder a esta atrocidad y asegurar que los responsables sean llevados ante la justicia, mientras se refuerza el apoyo a Ucrania en su lucha por la soberanía y la protección de sus ciudadanos.