05 de mayo de 2025
El cónclave más diverso de la historia inicia este miércoles en la Capilla Sixtina
El Vaticano informó que los 133 cardenales con derecho a voto ya se encuentran en Roma para iniciar el cónclave de este miércoles en la Capilla Sixtina, donde será elegido el nuevo Papa que sucederá a Francisco, marcando un momento clave para el futuro de la Iglesia Católica.
Perfil global del cónclave 2025
El cónclave reunirá a cardenales de 71 países, conformando el cuerpo electoral más diverso en la historia de la Iglesia Católica.
De Europa provienen 52 miembros, América aporta 37, Asia 23, África 17 y Oceanía 4.
Esta composición refleja el fuerte enfoque del Papa Francisco en una representación más amplia del mundo católico.
La reunión tendrá lugar en la Capilla Sixtina, bajo estrictas normas de privacidad establecidas por el Vaticano.
Durante el proceso, se exige secreto absoluto tanto a los electores como a todo el personal implicado.
Reglas, desafíos y nombres posibles
El cónclave se rige por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, que exige una mayoría de dos tercios para la elección.
La primera votación se realizará el miércoles por la tarde, y a partir del día siguiente habrá hasta cuatro votaciones diarias.
Si no se alcanza un consenso después de 33 votaciones, solo podrán ser votados los dos más elegidos.
El nuevo Papa enfrentará importantes desafíos como las divisiones internas, los abusos, la inclusión de minorías y temas internacionales.
Entre los nombres que circulan destacan los italianos Parolin, Zuppi y Pizzaballa, así como algunos latinoamericanos y españoles.
Tradición y anuncio al mundo
Una vez que un cardenal acepte el resultado, elegirá su nombre y será presentado al mundo desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.
Se pronunciará el tradicional “Habemus Papam”, seguido de la primera bendición Urbi et Orbi del nuevo líder católico.
La comunidad internacional y millones de fieles seguirán atentos cada señal de humo blanco desde la Capilla Sixtina.
Este será un momento decisivo para el rumbo espiritual, político y cultural de la Iglesia Católica en las próximas décadas.
