En una reciente conferencia de prensa, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que México no participará en la reunión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) programada para discutir la situación post-electoral en Venezuela. La decisión ha sido tomada en base a lo que el mandatario calificó como una postura “intervencionista” por parte de la OEA, específicamente criticando la actuación del secretario general, Luis Almagro.
López Obrador explicó que Alicia Bárcena, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), no asistirá al encuentro, reafirmando la posición de México de no intervenir en los asuntos internos de otros países. “No estamos de acuerdo con la actitud de parcialidad de la OEA. Antes de conocer resultados, el director de la OEA, Luis Almagro, ya había reconocido a uno de los candidatos sin pruebas de nada”, comentó el presidente, enfatizando que dicha actitud no contribuye a una solución pacífica y democrática del conflicto en Venezuela.
La controversia en torno a las elecciones venezolanas se ha intensificado tras las recientes protestas masivas en contra de los resultados, que según diversos medios de comunicación han resultado en al menos 13 muertes. La OEA ha llamado a que se presenten pruebas sobre las presuntas irregularidades en el proceso electoral. López Obrador, manteniéndose cauteloso, ha instado a esperar el cómputo completo de las actas y la presentación de pruebas documentales por parte del Consejo Nacional Electoral de Venezuela antes de emitir un juicio.
El mandatario mexicano también se refirió a la necesidad de contar con evidencias claras para evaluar la situación, señalando que aunque las elecciones se hayan llevado a cabo de manera electrónica, deben existir actas que documenten el proceso. “Pienso que deben tener actas, aunque la elección se haya llevado de manera electrónica, pienso que en el procedimiento hay actas, hay constancias para saber qué sucedió”, afirmó.
La decisión de México de no participar en la reunión de la OEA subraya la postura del país de evitar involucrarse en los asuntos internos de otras naciones, especialmente en un contexto tan delicado como el actual en Venezuela. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue atenta a los desarrollos en Venezuela, con la OEA exigiendo claridad y transparencia en el proceso electoral.