El exgobernador de Veracruz asume el cargo de senador suplente y asegura que su voto será conforme a sus convicciones, rechazando acuerdos con Morena.
Miguel Ángel Yunes Linares, exgobernador de Veracruz y senador suplente del PAN, negó ser un “traidor de la patria” ante las acusaciones de la oposición por su voto a favor de la reforma judicial impulsada por Morena. Durante su intervención en la Cámara de Senadores, aseguró que no ha negociado ni cederá a presiones externas.
El exmandatario veracruzano asumió el cargo de senador este martes, tras la solicitud de licencia de su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, quien se ausentó de la sesión. El senador suplente señaló que su voto será decidido con base en sus propias convicciones, resaltando la importancia de la libertad legislativa.
La sombra de la sospecha sobre los Yunes
La licencia solicitada por Yunes Márquez generó especulaciones entre la oposición, quienes acusan a la familia Yunes de haber pactado con Morena para asegurar la aprobación de la reforma judicial. El presidente del PAN, Marko Antonio Cortés Mendoza, incluso advirtió sobre una posible expulsión de Yunes Márquez del partido si decidiera apoyar la reforma, y exhortó a su padre, Yunes Linares, a “posicionarse del lado correcto de la historia”.
Cortés Mendoza reafirmó la postura del PAN frente a las reformas del Poder Judicial, subrayando que los legisladores del partido seguirán “luchando con valor” y defendiendo su visión de justicia en el país.
Acusaciones de amenazas y desaparición de Yunes Márquez
En medio de la controversia, senadores del PAN denunciaron haber sido objeto de amenazas e intimidaciones por parte de las autoridades para apoyar la reforma judicial. La desaparición temporal de Yunes Márquez alimentó aún más las especulaciones sobre un acuerdo con Morena, aunque Yunes Linares no confirmó ninguna negociación.
Al respecto, la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, declaró que “casi es un hecho” que Yunes Linares apoyará la reforma, mientras que la bancada oficialista, conformada por Morena, el PT y el PVEM, necesita un solo voto adicional para alcanzar la mayoría calificada y aprobar la reforma constitucional.
Respuesta de la oposición y acusaciones de represión en Campeche
El conflicto ha llevado a la oposición a unirse en bloque contra la reforma judicial. Senadores del PAN, encabezados por Lilly Téllez, criticaron duramente las presiones que aseguran estar recibiendo. “La patria es primero”, expresó una indignada Téllez desde la tribuna.
Por su parte, Movimiento Ciudadano (MC) también ha alzado la voz, denunciando actos de represión en el estado de Campeche, donde, según Jorge Álvarez Máynez, familiares y colaboradores de legisladores opositores fueron detenidos para influir en el voto contra la reforma judicial. Estas detenciones, según el MC, fueron promovidas por la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, en lo que calificaron como parte de un “acuerdo oscuro”.
Urgencia de la reforma y presiones desde el Ejecutivo
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha urgido al Senado a aprobar la reforma judicial antes del 1 de octubre, cuando entregará la presidencia a Claudia Sheinbaum. La reforma ya fue avalada por la Cámara de Diputados y contempla la introducción de elecciones populares para jueces y magistrados a partir de 2025, una medida que ha generado fuerte rechazo de organismos internacionales como la ONU y Human Rights Watch, así como de gobiernos de Estados Unidos y Canadá.
La oposición y sectores de la sociedad civil argumentan que la reforma judicial es un intento del oficialismo por controlar el Poder Judicial, mientras que el presidente López Obrador asegura que se trata de una medida necesaria para democratizar y combatir la corrupción en los tribunales.
Futuro incierto
El desenlace de esta votación será crucial para el futuro del sistema judicial mexicano y la relación entre los poderes del Estado. Mientras tanto, la controversia en torno a la postura de los Yunes continúa siendo un tema de gran relevancia en la agenda política nacional. El resultado de su voto podría definir no solo el futuro del PAN, sino también el equilibrio de poder en el país.