21 de abril de 2025
El Vaticano activa un proceso sagrado y meticuloso para elegir al nuevo líder de la Iglesia Católica tras la muerte del Papa.
Cuando un Papa muere, la Iglesia Católica inicia un protocolo milenario que culmina con el cónclave, donde se elige a un nuevo pontífice. Este proceso, lleno de simbolismo y responsabilidad, tiene profundas implicaciones espirituales, políticas y sociales.
El protocolo tras la muerte de un Papa
El fallecimiento de un Papa activa lo que en el Vaticano se conoce como la “Sede Vacante”. Durante este periodo, la Iglesia no tiene cabeza visible. El Camerlengo, actualmente el cardenal Kevin Farrell, asume funciones administrativas temporales.
El primer paso es la verificación oficial de la muerte por parte del camarlengo, quien anuncia: “Vere Papa mortuus est” (“Verdaderamente el Papa ha muerto”). Luego, se retira el anillo del pescador —símbolo del papado— y se destruye para evitar su falsificación.
El cuerpo del Papa es velado durante varios días, generalmente en la Basílica de San Pedro, mientras miles de fieles se despiden. Posteriormente, es sepultado en las grutas vaticanas.

¿Cómo se elige a un nuevo Papa?
La elección de un nuevo Papa se realiza a través del cónclave, una reunión secreta de cardenales con derecho a voto. Actualmente hay 136 cardenales electores, todos menores de 80 años, procedentes de los cinco continentes.
El cónclave se celebra en la Capilla Sixtina, donde los cardenales permanecen aislados del mundo exterior sin acceso a teléfonos ni medios digitales. Antes de cada votación, se realiza una misa para pedir sabiduría divina.
Se requiere una mayoría de dos tercios para elegir al nuevo pontífice. Si ningún candidato alcanza esa cifra, se repite la votación hasta lograrlo. Tras cada ronda, se quema la papeleta: si no hay elección, el humo es negro; si hay Papa, el humo es blanco.
Según Vatican News, el promedio de duración de un cónclave moderno es de 3 a 5 días, aunque algunos, como el que eligió a Juan Pablo II en 1978, duraron apenas dos días .

¿Quiénes pueden ser elegidos? ¿Cuáles son los requisitos?
Aunque cualquier varón bautizado puede ser elegido Papa, en la práctica siempre se elige a un cardenal. No existen requisitos académicos, pero el nuevo pontífice debe tener una sólida formación teológica, experiencia pastoral y liderazgo moral.
El nuevo Papa también debe aceptar el cargo y elegir un nombre papal. La elección del nombre refleja su visión espiritual. Por ejemplo, Francisco fue elegido en honor a San Francisco de Asís, como símbolo de humildad.
Entre los papables actuales —nombre informal que reciben los candidatos con mayores posibilidades— destacan:
- Cardenal Matteo Zuppi (Italia): comprometido con la paz y el diálogo interreligioso.
- Cardenal Luis Antonio Tagle (Filipinas): joven, carismático y fuerte representante del catolicismo en Asia.
- Cardenal Peter Turkson (Ghana): reconocido por su labor en justicia social y medio ambiente.
La elección de un Papa implica también una decisión geopolítica, ya que define la dirección espiritual de los más de 1.300 millones de católicos del mundo.

El rol del nuevo Papa: guía espiritual y reformador
El Papa asume el título de Obispo de Roma, Vicario de Cristo, Sucesor de Pedro y Pastor universal de la Iglesia. Entre sus responsabilidades están:
- Nombrar obispos y cardenales.
- Promover la doctrina de la fe.
- Representar a la Iglesia en el escenario global.
- Liderar el Vaticano como jefe de Estado.
También tiene la tarea de interpretar los signos de los tiempos y adaptar la Iglesia a los nuevos desafíos sociales, éticos y tecnológicos.
El Papa es, ante todo, una figura de unidad, paz y compasión. Según la Agencia EFE, “su rol no solo es religioso, sino profundamente humano y cultural” .