La reelección de la presidenta de la CNDH divide opiniones y enfrenta críticas de organismos civiles
En una jornada maratónica que evidenció profundas divisiones en el Senado de la República, Rosario Piedra Ibarra fue reelegida como presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para el periodo 2024-2029. La votación, que comenzó en la tarde del martes y se prolongó hasta la madrugada de este miércoles 13 de noviembre, finalizó con 127 votos emitidos: 87 en favor de Piedra Ibarra, 36 para Nashieli Ramírez, uno para Paulina Hernández Diz y tres nulos. Con el apoyo mayoritario de los senadores de Morena y sus aliados, la nueva designación se formalizó en una ceremonia ante la Mesa Directiva del Senado pasadas las dos de la madrugada.
El proceso se desarrolló en un clima de tensión y desacuerdo entre las fuerzas políticas. Minutos antes de iniciar la sesión, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, afirmó que la fracción oficialista buscaba consenso en torno a Piedra Ibarra, destacándola como una candidata “probada” y una “compañera comprometida” que había enfrentado ataques desde “organizaciones de derecha.” Esta declaración avivó las especulaciones en redes sociales, donde se afirmaba que Morena y sus aliados del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y del Partido del Trabajo (PT) sostenían una acalorada discusión interna, reflejo de una falta de acuerdo pleno sobre la reelección.
A pesar de las disputas, la votación continuó y resultó en el nombramiento de Rosario Piedra, quien asumirá su nuevo mandato en la CNDH el próximo 15 de noviembre. Sin embargo, el proceso no estuvo exento de críticas, tanto de miembros del mismo partido como de organizaciones civiles. Javier Corral, senador de Morena, había manifestado su rechazo a la reelección de Piedra, expresando que consideraba necesaria una renovación en la dirección del organismo. De hecho, Piedra Ibarra no figuraba entre los cinco perfiles mejor evaluados por las comisiones del Senado, hecho que suscitó una nueva polémica cuando se incluyó su candidatura a petición de quienes impulsaban su continuidad.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue cuestionada sobre el tema días antes de la votación y reiteró su respaldo a Piedra, subrayando que su familia representa una histórica lucha contra la represión y las desapariciones forzadas. Sheinbaum enfatizó que la decisión final recaía exclusivamente en el Senado. Sin embargo, estas declaraciones no fueron suficientes para aplacar la inconformidad de diversos sectores.
Organismos defensores de derechos humanos manifestaron su preocupación por el desempeño de la CNDH bajo la dirección de Piedra Ibarra. Entre las críticas se destacó su presunta afinidad con el oficialismo y la limitada intervención de la institución en casos de denuncias contra las Fuerzas Armadas. En cifras presentadas por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), se señaló que entre 2020 y 2023 la Guardia Nacional acumuló más de 1,800 quejas y recibió solo 13 recomendaciones de la CNDH; por su parte, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) acumuló 1,664 quejas y recibió 26 recomendaciones.
“La CNDH que queremos es independiente. Necesitamos un perfil autónomo que haga valer la justicia y frene la impunidad”, expresaron en redes sociales organizaciones como Fundar y Documenta AC. La falta de una postura firme en casos de violaciones graves de derechos humanos, alegaron, evidencia una parcialidad en la gestión de la CNDH, situación que temen se extienda en los próximos cinco años de mandato de Piedra.
La reelección de Rosario Piedra se produjo finalmente con la salida de la oposición del recinto, quienes se retiraron tan pronto como concluyó la votación. La presidenta de la CNDH agradeció el respaldo de los senadores oficialistas y reiteró su compromiso con la defensa de los derechos humanos en México. Sin embargo, el debate sobre la autonomía de la institución sigue abierto, y diversos sectores han cuestionado si su liderazgo podrá garantizar una defensa imparcial de las víctimas ante el poder.