Sheinbaum reafirma postura ante España: “Vamos a mantener nuestra posición”

En su conferencia matutina, la presidenta de México subraya que la relación con España es buena, pero defiende la necesidad de mantener la postura sobre el pasado histórico y las disculpas pendientes.

En su conferencia matutina, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, abordó la relación con España, subrayando que, aunque esta sigue siendo buena y sólida, México mantendrá su postura crítica respecto a la historia compartida. “Nuestra relación con España es buena, no tiene por qué cambiar, pero vamos a defender siempre nuestra posición”, afirmó la mandataria, en referencia a las demandas de disculpas por los abusos cometidos durante la Conquista.

Sheinbaum enfatizó que los lazos entre ambas naciones se extienden a lo cultural, turístico y comercial, y recordó el legado del exilio español tras la Guerra Civil. “Nos une de manera muy importante el exilio de la República, y hay muchos españoles y españolas que viven en México desde aquella época”, señaló.

La presidenta mexicana también citó ejemplos de otras naciones que han emitido disculpas por eventos históricos, refiriéndose al reciente gesto del gobernador de California hacia el pueblo afroestadounidense. “Creemos que España tiene que recapacitar”, subrayó, comparando el caso español con el de otros países europeos y el Vaticano, los cuales han emitido disculpas públicas en diversas ocasiones. “Es importante seguir manteniendo esta posición y la vamos a mantener”, insistió.

Tensiones diplomáticas por exclusión del Rey Felipe VI

Las declaraciones de Sheinbaum se dan en un contexto de tensiones diplomáticas recientes entre México y España. Durante su mandato como presidenta electa, Sheinbaum no extendió una invitación al rey Felipe VI para su toma de posesión, decisión que fue criticada por el gobierno español. La ausencia de dicha invitación fue interpretada como una continuidad de la postura adoptada por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) desde 2019, cuando solicitó al monarca español y al Papa Francisco disculpas por los abusos cometidos durante la Conquista.

El gobierno español consideró “inaceptable” la exclusión del rey de la ceremonia, lo que llevó a España a declinar cualquier participación en el evento. En un comunicado oficial, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España expresó: “El Gobierno de España considera inaceptable la exclusión de S.M. el Rey de la invitación a la toma de posesión de la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum Pardo”.

Esta controversia reaviva la tensión que se generó en marzo de 2019, cuando López Obrador envió una carta a Felipe VI exigiendo una disculpa formal por las atrocidades cometidas durante la Conquista de México. En aquella ocasión, el gobierno español rechazó categóricamente la solicitud, argumentando que los eventos históricos no pueden ser juzgados bajo los valores contemporáneos.

Posiciones contrastantes y un futuro incierto

La postura de Sheinbaum de mantener la solicitud de una disculpa refleja la continuidad de la política exterior que ha caracterizado al gobierno de López Obrador, quien ha defendido en múltiples foros la necesidad de reconocer el pasado colonial como un acto de justicia histórica. Sin embargo, el rechazo de España a las demandas de disculpas indica que la situación diplomática entre ambas naciones podría seguir siendo compleja en el futuro cercano.

Aunque Sheinbaum subraya la importancia de la relación bilateral en términos culturales, turísticos y económicos, su firmeza en la defensa de la postura de México pone de manifiesto que los lazos históricos continúan siendo un tema sensible en las relaciones diplomáticas. A pesar de ello, la presidenta no dejó lugar a dudas de que México seguirá buscando que España reconozca su responsabilidad en los hechos ocurridos durante la Conquista.

En medio de esta tensión, la opinión pública en ambos países está dividida: mientras algunos apoyan la exigencia de una disculpa, otros consideran que tales gestos no son necesarios o que complican innecesariamente las relaciones diplomáticas. Con este panorama, el futuro de las relaciones México-España parece depender de si ambas partes están dispuestas a encontrar puntos de conciliación o si las posiciones seguirán siendo irreconciliables en torno a su historia compartida.