La Casa Real británica ha anunciado un significativo aumento en su financiamiento, que pasará de más de 110 millones de dólares en 2024-2025 a aproximadamente 170 millones de dólares en 2025-2026. Este incremento del 53% en el Sovereign Grant, el mecanismo que financia los gastos reales, coincide con una grave crisis de costo de vida en el Reino Unido, generando controversia y críticas públicas.
El Sovereign Grant, financiado por los contribuyentes, cubre actividades oficiales, viajes, personal y mantenimiento de palacios. Parte de los fondos se destinará a la restauración de Buckingham Palace y la compra de nuevos helicópteros para la Familia Real.
Las reacciones no se hicieron esperar. Personalidades como Kevin Maguire y Shola Mos-Shogbamimu han criticado duramente el aumento en redes sociales, destacando la contradicción entre la prosperidad de la monarquía y las dificultades económicas de la población. El grupo Republic también cuestionó la necesidad de financiar una vida de lujo para la realeza en tiempos de austeridad para muchos ciudadanos británicos.
Este aumento se produce en un contexto de salarios estancados y alta inflación, con un creciente descontento social que influyó en la reciente victoria del partido Laborista. Además, la tasa de pobreza infantil y la cantidad de personas sin hogar han alcanzado niveles preocupantes, según datos de la OCDE.
El debate sobre el rol y los costos de la monarquía continúa siendo un tema candente en el Reino Unido, especialmente en un periodo de dificultades económicas generalizadas.