Claudia Sheinbaum descarta aumentar su seguridad pese al intento de agresión al presidente Andrés Manuel López Obrador en Veracruz. La mandataria electa condenó la violencia y reiteró su compromiso de estar cerca de la ciudadanía.
Este domingo 22 de septiembre, en el estado de Veracruz, se registró un intento de agresión contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, justo antes de la inauguración del Centro Cultural Leyes de Reforma. Al llegar al evento, el mandatario fue blanco de botellas de agua y otros objetos lanzados por un grupo de personas, aunque logró esquivar los proyectiles con la ayuda del gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
Según videos y fotografías que rápidamente circularon en redes sociales, en las inmediaciones del recinto se encontraban manifestantes pertenecientes al Poder Judicial de la Federación (PJF), quienes se encuentran en paro de labores como protesta por la reciente Reforma Judicial. Sin embargo, en el mismo lugar también se dieron cita simpatizantes de López Obrador, lo que generó un ambiente tenso que derivó en insultos y, posteriormente, en el lanzamiento de objetos.
La respuesta de Sheinbaum
Un día después del incidente, la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, se pronunció sobre lo sucedido y, aunque no estuvo presente en el evento, pues asistió al Congreso Nacional de Morena en Ciudad de México, donde se eligió a Luisa María Alcalde como nueva dirigente nacional del partido, fue cuestionada por la prensa sobre si aumentaría su seguridad en futuros actos públicos.
Sheinbaum respondió con firmeza que no tiene intenciones de incrementar las medidas de protección personal, subrayando que su estilo de gobierno se mantendrá cercano al pueblo. “No, no, nosotros vamos a estar cerca del pueblo siempre”, afirmó la mandataria, reiterando su compromiso de no distanciarse de la ciudadanía, aun cuando asuma la presidencia en diciembre.
La declaración se dio cuando la presidenta electa se dirigía al aeropuerto para viajar a Tamaulipas, donde tiene programado participar junto al presidente López Obrador en un acto conmemorativo en memoria del revolucionario Catarino Erasmo Garza, cuyos restos fueron repatriados tras cien años de permanecer en Panamá.
La postura de AMLO
Por su parte, durante su tradicional conferencia de prensa matutina de este lunes 23 de septiembre, el presidente López Obrador también abordó el incidente de Veracruz. El mandatario minimizó la situación, asegurando que no le otorga mayor relevancia, pues durante su administración ha enfrentado diversas protestas y ataques de los cuales ninguno ha tenido consecuencias graves. Además, afirmó que incluso habría podido detener la botella lanzada, pero afortunadamente no fue necesario.
López Obrador señaló que comprendía el descontento de los trabajadores del PJF, quienes han expresado su rechazo a la Reforma Judicial, ya que conlleva cambios estructurales que afectan directamente sus condiciones laborales. “Entiendo que están enojados, están molestos por esto mismo, ellos quisieran que no cambiará nada. Conservadurismo viene precisamente de conservar, de mantener el estatus quo”, indicó.
Pese a este panorama de tensiones, el presidente aseguró que su gobierno no recurrirá a la represión para sofocar las manifestaciones y descartó represalias contra los manifestantes. Destacó que, a lo largo de su administración, ha gobernado con tolerancia y respeto, y que así continuará hasta el fin de su sexenio.
Contexto del incidente
El intento de agresión en Veracruz ocurrió en un contexto de creciente tensión entre el Poder Judicial de la Federación y el Ejecutivo, luego de la aprobación de la Reforma Judicial. Esta iniciativa, impulsada por el gobierno federal, ha sido vista por algunos sectores como una amenaza a la autonomía del poder judicial y ha generado movilizaciones y paros laborales en diversas partes del país.
El Centro Cultural Leyes de Reforma, donde se produjo el incidente, es un espacio significativo que celebra la historia jurídica de México, y su inauguración formaba parte de una gira presidencial. Sin embargo, las manifestaciones en contra de la reforma judicial hicieron de este evento un escenario de protesta y confrontación entre grupos opositores y seguidores del gobierno.
El incidente ha abierto un debate sobre la seguridad en los eventos presidenciales y la libertad de manifestación en un contexto político cada vez más polarizado. Mientras el presidente López Obrador y la presidenta electa Sheinbaum han reafirmado su postura de mantener la cercanía con el pueblo y respetar el derecho a la protesta, los desafíos en torno a la gobernabilidad y el diálogo entre poderes continúan marcando la agenda política nacional.