La princesa Leonor emocionó con un discurso lleno de recuerdos y recibió la Medalla de Asturias, reafirmando su vínculo con la región.
La Princesa Leonor, heredera al trono español, ha emocionado con un discurso personal y lleno de recuerdos durante la jornada inaugural de los Premios Princesa de Asturias. A sus casi 19 años, la primogénita de los reyes Felipe VI y Letizia fue distinguida este jueves 24 de octubre con dos importantes títulos: Alcaldesa Honoraria de Oviedo y la Medalla de Asturias, los cuales subrayan su compromiso con la región que da nombre a su título como Princesa de Asturias. El evento contó con la presencia de numerosas personalidades y una multitud de asturianos que aplaudieron a la joven en una ceremonia cargada de simbolismo.
La jornada comenzó en la Plaza de la Constitución de Oviedo, donde Leonor fue recibida con ovaciones por cientos de ciudadanos que se habían congregado para verla. A pesar del protocolo, la princesa no dudó en acercarse al público, estrechando manos y saludando con una amplia sonrisa, en un gesto que mostró su cercanía y naturalidad. Poco después, el secretario del ayuntamiento, Ignacio Fernández Páramo, le otorgó oficialmente el título de Alcaldesa Honoraria en una ceremonia solemne. Además, recibió la insignia de la ciudad y el tradicional bastón de mando, símbolos de su nueva distinción.
El momento más emotivo del día llegó durante su discurso en la Biblioteca del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo, donde la princesa fue galardonada con la Medalla de Asturias, la más alta distinción que otorga la región. Con una oratoria pausada y firme, Leonor recordó sus raíces asturianas, destacando las visitas de su niñez a Asturias en compañía de su familia, especialmente junto a su hermana, la infanta Sofía, y su bisabuela Menchu Álvarez del Valle, fallecida en 2021. “Vine muchas veces con mi madre y mi padre a Asturias durante mi niñez. Mi familia asturiana es muy asturianona”, mencionó con afecto, provocando la sonrisa de los asistentes.
La princesa también rememoró los paisajes asturianos que marcaron su infancia, como los “bosques de Oriente” y los paseos entre carballos y castaños, así como su amor por los oricios, los erizos de mar, que probó ante la curiosa mirada de su hermana. En un tono más íntimo, recordó a su bisabuela Menchu y las historias que les contaba sobre la radio en Asturias, lo que arrancó una gran ovación entre el público.
El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, entregó a la princesa la Medalla de Oro de Asturias, que también fue otorgada a su padre en 1986, cuando Felipe VI tenía la misma edad que Leonor hoy. Barbón destacó el vínculo histórico entre la Corona y Asturias, pidiendo a la joven que lleve siempre con orgullo esta distinción. “Esta es y siempre será vuestra tierra”, subrayó Barbón, haciendo una clara alusión al futuro papel de Leonor como monarca.
La jornada culminó con la princesa agradeciendo a los asturianos por el apoyo constante y el cariño que siempre ha sentido en la región. “Llevo a Asturias en mi corazón y siempre será la patria querida que dice el himno”, afirmó con una evidente emoción en la voz. La heredera finalizó su discurso con una frase que refleja su arraigo a las tierras asturianas: “Tener sangre asturiana es un orgullo y una alegría”.
Con este evento, la Princesa de Asturias reafirma su vínculo con la región que da nombre a su título y su papel como futura reina de España, en una ceremonia que marcó un nuevo paso en su preparación para asumir mayores responsabilidades dentro de la monarquía.