Un devastador terremoto de magnitud 7,2 sacudió la costa oriental de Taiwán y el archipiélago japonés de Okinawa en las primeras horas de la mañana de hoy, generando pánico y dejando una estela de destrucción a su paso. Aunque la alerta de tsunami, emitida tras el sismo, no se tradujo en una ola catastrófica, los efectos del terremoto fueron devastadores.
El seísmo, que tuvo su epicentro en el mar, a unos 25 kilómetros al sureste de Hualien, se registró a una profundidad de 15 kilómetros. Según el último recuento oficial, al menos nueve personas perdieron la vida, mientras que más de 800 resultaron heridas. Se estima que al menos 127 personas se encuentran atrapadas en varios edificios colapsados, incluidas dos torres que están al borde del desplome.
Entre las víctimas mortales, se reporta que tres excursionistas fueron alcanzados por un alud en la región oriental de Hualien. Además, un camionero falleció dentro de su vehículo debido al desprendimiento de rocas cerca de un túnel en la misma zona. En Hualien, el terremoto ha sido clasificado con un grado 6 superior en la escala de intensidad, lo que indica una destrucción significativa de estructuras.
Aunque la capital taiwanesa, Taipéi, también sintió el temblor que duró aproximadamente un minuto, los daños parecen haberse concentrado principalmente en un solo barrio. Se han reportado al menos 25 réplicas del sismo, lo que ha generado preocupación entre la población y ha llevado a la interrupción del servicio del metro durante una hora. Además, el principal aeropuerto de Taiwán ha experimentado cancelaciones y desvíos de vuelos, con 40 operaciones afectadas y daños en la terminal.
El presidente en funciones de Taiwán, Tsai Ing-wen, instó a la calma a la población y advirtió sobre la posibilidad de réplicas. Este terremoto, con una magnitud de 7,2 grados, es el más intenso que ha sufrido la isla en los últimos 25 años. Mientras tanto, en Japón y Filipinas, donde también se emitió una alerta de tsunami, la situación se normalizó tras observarse que las olas no representaban un peligro significativo.
El impacto económico también se ha dejado sentir, con empresas como el gigante taiwanés de semiconductores TSMC evacuando a sus trabajadores por precaución. Las acciones de TSMC han experimentado una caída del 1,4% en la apertura de la sesión, mientras que Foxconn, otro importante actor del sector tecnológico, ha registrado una pérdida del 2%.
A pesar del susto y la destrucción, Taiwán ha demostrado su resiliencia ante este desastre natural. El país ha implementado medidas de construcción antisísmica desde el trágico terremoto de 1999, que causó la muerte de más de 2.400 personas. Aunque los daños materiales son notables, la respuesta rápida y eficaz de las autoridades ha contribuido a mitigar el impacto y salvar vidas.
Sin embargo, más allá de las cifras y las medidas de seguridad, las imágenes compartidas en redes sociales muestran la magnitud del caos y la desesperación que se vivió durante el terremoto. Desde piscinas convertidas en cascadas en rascacielos hasta edificios reducidos a escombros, el terrible recordatorio de la fragilidad de la vida y la fuerza de la naturaleza sigue resonando en Taiwán.