El diplomático estadounidense destacó la relevancia del T-MEC para Norteamérica, señalando que México, Canadá y Estados Unidos son los principales socios comerciales del mundo y que en 2026 se evaluará su renovación.
En un contexto de creciente integración comercial y cooperación económica entre las naciones de América del Norte, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, declaró que tanto México como Estados Unidos están viviendo un momento histórico en sus relaciones bilaterales. Así lo afirmó durante su participación en la Tercera Convención Binacional “Más allá del Nearshoring”, donde destacó la importancia del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para la región.
Según el diplomático, a pesar de que algunos sectores podrían haber cuestionado la relevancia del T-MEC para México, el acuerdo sigue siendo un pilar esencial en las relaciones entre los tres países. “El T-MEC es de muchísima importancia para los países de Norteamérica”, subrayó Salazar, agregando que los lazos comerciales entre México y Estados Unidos continuarán profundizándose en los próximos años, fortalecidos por el marco del tratado.
Salazar señaló que México, Canadá y Estados Unidos, gracias al T-MEC, son actualmente los tres principales socios comerciales a nivel global, una situación sin precedentes. “Estamos en un momento histórico, donde nuestras economías están más conectadas que nunca”, afirmó el embajador, haciendo eco de las transformaciones que el acuerdo comercial ha impulsado desde su entrada en vigor en 2020. Además, destacó que esta alianza no solo fortalece las economías de los tres países, sino que también consolida a América del Norte como una región clave en el comercio internacional.
El embajador también destacó que la atención del mundo estará puesta en la región en 2026, cuando los tres países tendrán la oportunidad de decidir si extienden la vigencia del T-MEC por otros seis años adicionales. Este será un momento decisivo para evaluar los beneficios del tratado y su impacto en las economías de la región.
La declaración de Salazar resalta la relevancia del acuerdo no solo para el presente, sino también para el futuro cercano, en un contexto de creciente competencia global y reconfiguración de las cadenas de suministro. En este sentido, el T-MEC se presenta como un instrumento clave para el desarrollo económico y la competitividad de América del Norte.
El diplomático participó en el foro “Más allá del Nearshoring”, un evento que congrega a líderes empresariales y gubernamentales de ambos lados de la frontera, enfocado en discutir las oportunidades y desafíos del modelo de reubicación de cadenas de producción cerca de los mercados de destino, conocido como nearshoring. Este enfoque, según los expertos, está permitiendo a México y Estados Unidos consolidarse como centros clave para la manufactura global, mientras las empresas buscan reducir su dependencia de las cadenas de suministro asiáticas.
La relación comercial entre México y Estados Unidos, facilitada por el T-MEC, es un motor crucial para las economías de ambos países. Según datos recientes, el comercio bilateral alcanzó cifras récord en los últimos años, impulsado por sectores como la manufactura, la tecnología y la industria automotriz. Este comercio es vital no solo para los sectores empresariales, sino también para la generación de empleos y el bienestar de millones de personas en ambos lados de la frontera.
La relevancia del T-MEC se manifiesta no solo en el ámbito comercial, sino también en temas de política migratoria, cooperación en seguridad y medio ambiente, donde los tres países trabajan estrechamente para enfrentar desafíos comunes.
Las palabras del embajador Salazar reafirman la visión de que el T-MEC es un acuerdo que no solo consolida la integración económica de América del Norte, sino que también representa una plataforma para enfrentar los desafíos globales del siglo XXI. La decisión sobre su renovación en 2026 será clave para determinar el rumbo de la región en los próximos años.