El Kremlin advierte que no existen armas mágicas en la guerra y cuestiona la decisión de Washington de autorizar ataques de largo alcance
El Kremlin reaccionó con cautela ante la decisión de Estados Unidos de permitir que Ucrania use misiles de largo alcance contra territorio ruso bajo supervisión del Pentágono. El portavoz presidencial Dmitri Peskov afirmó que no existen “armas mágicas” capaces de alterar el rumbo del conflicto.
Reacción del Kremlin
Peskov declaró que Rusia analiza cuidadosamente la medida anunciada por el enviado especial estadounidense Keith Kellogg. Señaló que especialistas militares estudian quién controlará estos sistemas y cómo se definirán los objetivos. Subrayó que, incluso con la posible entrega de misiles Tomahawk, no habrá un cambio significativo en el frente de batalla.
El funcionario planteó dudas sobre la operación de los misiles: si serán manejados únicamente por militares ucranianos o si necesitarán asistencia directa de personal estadounidense. También cuestionó quién fijará los blancos estratégicos, si Washington o Kiev.
La postura de Estados Unidos
El presidente estadounidense Donald Trump aprobó que Ucrania pueda lanzar ataques de largo alcance en territorio ruso. La autorización, según Kellogg, se otorgará caso por caso y no será automática. El funcionario afirmó que “no existen santuarios”, recalcando que cualquier objetivo legítimo podrá ser alcanzado.
Kellogg añadió que la medida es parte de una respuesta global a las provocaciones de Moscú en el espacio aéreo europeo y en la frontera con la OTAN. Al mismo tiempo, pidió cautela para evitar una escalada mayor en la región.
Petición de Kiev y armamento pendiente
Durante la Asamblea General de Naciones Unidas, el presidente Volodimir Zelensky solicitó directamente a Trump el suministro de misiles Tomahawk. El vicepresidente estadounidense JD Vance confirmó que la administración evalúa la entrega, aunque aún no hay decisión final.
Ucrania desarrolla de forma paralela misiles y drones de largo alcance, pero sigue dependiendo del armamento avanzado de sus aliados para ejecutar ataques en profundidad. Esta nueva autorización busca reforzar esa capacidad en el campo de batalla.
