Claudia Sheinbaum pidió cautela tras el triunfo de Donald Trump, garantizando estabilidad y relaciones sólidas.
En un contexto de expectativa global, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, optó por la prudencia al referirse al reciente triunfo electoral de Donald Trump en Estados Unidos. Durante su conferencia de prensa matutina el 6 de noviembre, la mandataria reconoció los reportes de los medios que proyectan la victoria del exmandatario republicano, pero insistió en que el gobierno mexicano esperará la conclusión oficial del conteo de votos antes de emitir una felicitación formal.
“Están las noticias de que ganó el presidente Trump, pero de todas maneras nosotros vamos a esperar que terminen algunos estados de contarse y poder dar ya el comunicado oficial. Vamos a esperar todavía el día de hoy”, señaló Sheinbaum, subrayando la importancia de mantener un enfoque sereno y responsable.
El comentario de la presidenta se produce en medio de una oleada de felicitaciones internacionales hacia Trump, quien volverá a la Casa Blanca tras superar los 270 votos electorales necesarios. Mandatarios como Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil, Nayib Bukele de El Salvador, y Benjamin Netanyahu de Israel han manifestado su respaldo al líder republicano. Sin embargo, la dirigente mexicana prefirió reservarse hasta que ambos contendientes, incluido Kamala Harris, la candidata demócrata, emitan posicionamientos oficiales.
Un mensaje de calma a la población mexicana
Durante su alocución, Sheinbaum buscó tranquilizar a la ciudadanía y a la comunidad empresarial, asegurando que la relación entre México y Estados Unidos se mantendrá sólida, independientemente del resultado electoral. “A todas nuestras paisanas y paisanos, a las y los empresarios: no hay motivo alguno de preocupación. México siempre sale adelante. Somos un país libre, independiente, soberano y va a haber buena relación con Estados Unidos. Estoy convencida de ello”, afirmó.
El vínculo con Estados Unidos, subrayó, seguirá siendo un eje prioritario para la agenda de su administración, y ya se están preparando reuniones de alto nivel para abordar asuntos críticos una vez que el ganador o ganadora de la elección sea confirmado de manera definitiva.
La cuestión migratoria y las amenazas arancelarias
Uno de los temas más delicados que enfrenta México en su relación con Estados Unidos es la política migratoria. Durante su campaña, Trump reiteró su intención de imponer aranceles a México si el flujo migratorio no se reduce, un tema que preocupa a muchos. Sin embargo, Sheinbaum defendió las acciones emprendidas por su gobierno para mitigar la migración irregular.
“Yo creo que es importante porque a veces no se tiene la suficiente información, él y cualquier otro republicano o demócrata, del esfuerzo que ha hecho México para disminuir la migración”, puntualizó. Explicó que el país ha implementado un amplio mecanismo de control migratorio, incluyendo la creación de empleos y programas de retorno humanitario, acciones que han contribuido a una disminución del 75% de migrantes que buscan cruzar la frontera de manera ilegal, según cifras del gobierno.
Sheinbaum también destacó la necesidad de un diálogo constante y estratégico con las autoridades estadounidenses para garantizar el bienestar y los derechos de las y los mexicanos, tanto en territorio nacional como en el extranjero.
Contexto y desafíos diplomáticos
El triunfo de Donald Trump plantea retos significativos para México, particularmente en las áreas de seguridad, comercio y migración. Sin embargo, la presidenta Sheinbaum ha enfatizado su compromiso de manejar las relaciones bilaterales con diplomacia y cautela. A la espera de los resultados finales, el gobierno mexicano se prepara para un nuevo capítulo en la relación con su vecino del norte, uno que podría estar marcado por tensiones pero también por la oportunidad de reforzar la colaboración en temas clave.
En medio de este complejo escenario internacional, la dirigencia de México se alista para afrontar las dinámicas políticas y económicas que surgirán bajo el liderazgo de Trump, sin dejar de lado su enfoque en la defensa de la soberanía nacional y los intereses de su pueblo.