El periodista Luis Chaparro denuncia amenazas luego de que Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, lo acusara públicamente.
El periodista independiente Luis Chaparro ha denunciado públicamente haber recibido amenazas luego de las declaraciones hechas por el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, quien lo responsabilizó por la difusión de información que, según el mandatario, busca dañar su imagen y la de su familia. Estas tensiones surgieron a raíz de las investigaciones de Chaparro sobre el paradero del gobernador el 25 de julio, cuando se llevó a cabo la captura de Ismael ‘El Mayo’ Zambada en Estados Unidos.
En su habitual conferencia de prensa semanal del lunes 14 de octubre, Rocha Moya presentó una bitácora de vuelo como supuesta prueba de que efectivamente viajó a Los Ángeles, California, en un jet privado acompañado de su familia el día en cuestión. El gobernador mostró la documentación luego de que Chaparro, basado en información que obtuvo de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), asegurara que no existían registros de entrada del mandatario sinaloense a Estados Unidos en esa fecha.
A lo largo de su intervención, Rocha Moya no solo defendió la autenticidad de los documentos, sino que también cuestionó directamente la labor periodística de Luis Chaparro, descalificando al comunicador con comentarios que incluían burlas sobre su apellido. “Lamento mucho que sea chaparro hasta de la cabeza, del cerebro”, declaró el gobernador, generando un tono despectivo que fue criticado en redes sociales.
La polémica escaló cuando, al día siguiente, el 15 de octubre, Chaparro reveló en una entrevista concedida a la periodista Azucena Uresti en Radio Fórmula que había empezado a recibir amenazas anónimas poco después de los señalamientos públicos de Rocha Moya. “He recibido muestras de apoyo de colegas y ciudadanos de Sinaloa, pero también amenazas de cuentas extrañas sin foto o con imágenes de armas”, denunció Chaparro. Entre los mensajes intimidatorios, el periodista mencionó algunos que decían: “Ven a Culiacán, aquí te esperamos con los brazos abiertos” y “El último al que se van a echar va a ser a ti”. Estas amenazas, según Chaparro, pueden considerarse serias advertencias de muerte.
El periodista también expresó preocupación por el peligro que representan las declaraciones de un funcionario de alto nivel como Rocha Moya, señalando que sus palabras tienen un impacto directo en la seguridad de los periodistas. “Es un gobernador, y lo que dice tiene consecuencias en la vida real, en las calles”, subrayó Chaparro.
La tensión entre Rocha Moya y los medios se ha exacerbado a medida que persisten las dudas sobre los eventos del 25 de julio. Aquel día, además de la captura de ‘El Mayo’ Zambada y uno de los hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, se registró el asesinato de Héctor Melesio Cuen, ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Según versiones que circularon en medios locales, Cuen fue asesinado en un rancho en Culiacán, donde presuntamente se estaba realizando una reunión que involucraba a Rocha Moya, los hijos de ‘El Chapo’ y el propio ‘El Mayo’. Aunque en un primer momento se informó que Cuen había sido víctima de un intento de asalto, posteriormente se reveló que su asesinato ocurrió en circunstancias más oscuras vinculadas al crimen organizado.
En medio de estas especulaciones, la bitácora de vuelo presentada por Rocha Moya indica que partió de Sinaloa hacia Los Ángeles en un jet Lear 45, a las 9:00 horas del 25 de julio, aterrizando en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles a las 11:15. Sin embargo, para Chaparro, esta prueba no es concluyente, ya que considera que el mandatario debería presentar sellos de su pasaporte que certifiquen su ingreso a Estados Unidos. “La bitácora por sí sola no basta; que muestre el pasaporte sellado”, instó el periodista, quien sigue cuestionando la narrativa oficial.
El caso ha abierto un debate sobre la libertad de prensa y los riesgos que enfrentan los periodistas al investigar y cuestionar el actuar de figuras públicas de alto perfil en México, especialmente en regiones como Sinaloa, donde la política y el crimen organizado a menudo se entrelazan.
Las amenazas recibidas por Chaparro ponen de relieve una vez más los desafíos de ejercer el periodismo en un país que, según organizaciones internacionales, es uno de los más peligrosos para la prensa en el mundo.